101 Peregrinos 2012 (1ª parte)

Nunca se sabe, sherpas. Íbamos preparadísimos, con ponchos para la lluvia por si en la salida nos caía la mundial, chubasqueros puestos, chubasqueros en la mochila y chubasqueros y todo tipo de ropa preparada que nos llevaba el equipo de apoyo... ¡y no cayó ni una gota! Es más: si me dejan elegir el tiempo, habría elegido el que nos hizo: nubladillo, ligero fresquete y viento cero.

Como veis en la foto, y recordando el barro de la primera edición de los Peregrinos, el sh-Sherpa nos había preparado unos "estrigilos" para limpiarnos y limpiar las burras. Al final, menos mal, no fueron necesarios. ¡Y eso que barro no faltó! La crónica, con todos los detalles, va en pequeñas dosis, que luego os atragantáis... ¡A por ello!

Aquí vemos a los dos sherpitas contentos y preparados. El que estaba al otro lado de la cámara no lo estaba tanto (no muy contento, y menos preparado), ya que pasó una noche muuuuuy malita debido al exceso de ingestión en la noche anterior (hablo de la ingesta sólida, no de la líquida). Y es que tripitir de arroz con carabineros después de múltiples entrantes no es bueno para el ser humano en general, y menos para un sherpa antes de hacerse un porrón de kilómetros en bici. Para otra vez ya lo sé... aunque volveré a cometer el error, que me conozco, y el arroz me gusta mucho.

Algo más de 900 locos tomamos la salida en bici, con los ojos puestos en las nubes que cubrían el cielo de Ponferrada. Otro montonazo -ellos más locos aún- lo hacía a pie.

Si os fijáis en la foto, dos chicas nos perseguían. ¿Nos habrían reconocido?

El castillo templario. La señora de la foto es uno de los pocos seres humanos que adelantaríamos en todo el día...

...que nooooo; que es bromaaaaaa...

Al poco, primeras viñas de la ruta que me traen a la cabeza bonitos momentos de la primera edición, ya sabéis casi todos a lo que me refiero.

La gente se apelotona y es una prueba técnica no echar pie a tierra. Cansa más subir así, que subir como lo harían los primeros, seguro. Foto p'atrás: No vamos los últimos.

En los pueblos de paso la gente animaba un montón. Y eso que los primeros habrían pasado ya hace media hora. Da gusto hacer una "carrera" así. Lo malo es que no hay quien se ponga a dar pedales en serio cuando empiezan a sacar la bota de vino, el choricito, la tortilla... Pero eso será más adelante.

Nos sentimos acompañados por los lugareños. Literalmente

A la hora y unos pocos minutos de carrera nos encontramos con nuestra vieja amiga la cuestecilla de barro en la que partí la patilla de la bici hace dos años. Y, aunque habíamos decidido subirla esta vez bajados de la bici para no correr el riesgo de romper nada, las circunstancias nos obligaron a ello.

Barrete rico-rico.

Miro p'atrás y veo que hay más gente, que seguimos sin ser los últimos. Los gemelos tiran y se oyen muchos comentarios jocosos y chascarrillos varios. El sherpa-Sherpa aún no se arranca por soleares. El ambiente es de muy buen rollo.

Yo hago fotos a todo el mundo que nos las hace a nosotros, por ejemplo a estas chicas que nos animaban desgañitándose.

O a este fotógrafo que saluda...

...y que nos hizo estas fotos que he encontrado en Internet.

Hizo también esta. Se ve a Pifo y más atrás a sh-Sh, arrastrando la burra. No era fácil, pues los pies también resbalaban en el chocolate.

Luego, pizarra. Subible yendo solos. Pero ir en pelotón es lo que tiene. Y bien contentos que íbamos, esperando montar un poquito más arriba.

En esta foto se aprecian dos cosas: lo animados que iban todos los ciclistas, y la considerable pendiente que tenía la jodía cuesta.

A partir de aquí, solo recuerdo haber echado pie a tierra en contadísimas y breves ocasiones, y solo cuando el coeficiente de rozamiento tendía peligrosamente a cero. O sea, cuando era imposible traccionar. Hubo cuestas en las que no dábamos un duro por hacerlas subidos y nuestra cabezonería sherpa se impuso a lo que nos pedía el cuerpo y las pulsaciones: bajarnos.

Pero eso será más adelante.