sábado, 25 de junio de 2011

El miércoles hubo semi-nocturnada

Pues eso, que cuando llegué a casa a las 6'25, me avisó el sh-Sherpa de que Chomin había puesto un aviso en el blog. Como no estuve en todo el día, no dí paso a dicho aviso y no nos enteramos nadie del asunto. El caso es que, corre que te corre, estábamos en la estación de trenes a las 7 los dos referidos sherpas, además de Alberto y yo mismo. Vale, me venía bastante bien desconectar un rato, aunque luego me tuviera que quedar por la noche haciendo cosillas atrasadas :((

Utilizo la técnica del mosaico, porque así adelanto trabajo y pongo más fotos. Si alguien quiere alguna en grande, pues que la pida. Pinchad y echad un vistazo.



Prácticamente toda la etapa desde Cercedilla fue por senderos "desconocidos", que no habíamos transitado, al menos, de subida. Comenzamos con un zig-zag ascendente a la izquierda de la estación que creo que convertiremos en clásico: muy bonita, amena y durilla subida. Rodeados de variada y abundante vegetación y amenizada la trabajosa subida con las bonitas vistas que nos permitían claros en la vegetación, llegamos al Campamento Los Helechos, cruzamos el PR para pasar al lado de Las Dehesas, atravesamos el arroyo del Infierno, cruzamos la Vereda del Infante...


Las sombras comenzaban a invadir el valle, confiriéndolo un aspecto tenebroso. Pero nada temíamos, pues sherpa-Chomin había tomado el mando de la expedición.


"Por aquí, por allá, ahora a la izquierda y ahora giramos a la derecha...". Obedecíamos sin titubear, con fe ciega. Chomin sabía dónde estaba y hacia dónde iba; los demás, N.P.I.; ¡pero es que ni la más mínima, oiga Vd!


Copyright Alberto
  Subimos --se puede subir pedaleando, aunque no lo parezca-- la cuesta que recordaremos siempre como la del vuelo de Roberto-Segobike (por cierto, que todavía le quedan secuelas del doloroso aterrizaje). La verdad es que algún pie echamos, pero como nadie nos vió...


Esta foto la pongo completa. Y es que nos llamó la atención la cantidad de MIERDA que dejan unos cuantos GUARROS en la sierra. ¡¡¡¿Para qué suben?!!! Y luego se llamarán "ciclistas", o "andarines" o cualquier otra cosa que, ciertamente, no les describe.


La bajada, también inédita ("Os voy a enseñar unos caminos que no conocéis"). Tomamos dirección como si fuésemos a bajar por Lumbralejos, pero pronto nos desviamos por una sendita a la izquierda en la que nunca jamás había reparado hasta entonces. Es más: ¡No aparece como senda ni en el mapa de Valsaín! (el del CENEAM).Más abajo, lo que hacemos en líneas generales es acompañar el curso del Minguete, ya con las linternas encendidas desde las 10 en punto, que dentro del bosque no llegan las últimas claridades del LUBRICÁN.


Ya en el Eresma, el camino se hace más reconocible. La última parte es casi (he dicho casi) relajada. El único percance ocurrió en un tramo de tierra suelta, en la que Alberto cayó sobre el codo al perder el control de la rueda delantera.


Muy, muy, muy bonita y novedosa etapa. Hay que hacer muchas de éstas; y más si el calor aprieta las mañanas de los domingos, como parece que va a ser. ¿No?.

viernes, 24 de junio de 2011

Vídeo de la bajada desde el Intendente

Pongo este aviso porque he colgado -por fin- el vídeo de la bajada desde la fuente del Intendente. Está al final de la entrada http://elsherpaloco.blogspot.com/2011/06/dos-por-el-precio-de-una.html, o en este enlace de Vimeo. ¡Bajada prácticamente entera!. Enjoy it!.

Pronto, entrada sobre la preciosa seminocturna del miércoles pasado (comin' soon. Don't desesperate, man).

Los 125 de San Lorenzo

Con este nombre os presento la ruta que se metió entre pecho y espalda Jorge hace casi 2 semanas, el lunes día 13. Se la hizo él solito. ¡Como una p* chota!.

Ibp Index 247AB. Desnivel de subida acumulado 3.440,06 m. Realizada el 13-06-11.


Ruta circular saliendo de Galapagar hacia San Lorenzo por El Campillo, subida al Monte Abantos por las zetas y más tarde por las 16 revueltas. Desde el Alto de Malagón bajamos hasta Robledondo, en algún pequeño tramo hay que empujar la bici. Después bajamos por trialera paralela a la carretera de Ávila, hasta La Hoya, Sta. Mª de la Alameda (estación) y El Pimpollar. Seguimos por pistas y senderos en dirección a Las Navas del Marqués, donde cruzamos la carretera de Ávila para bajar hacia Valdemaqueda por la pista forestal asfaltada que dejaremos al rato para ir por caminos hasta llegar a la base del Alto de Sta. Catalina (1.360m), donde iniciamos la ascensión por pistas en algunas partes de tierra suelta y con rampas del 30% y superiores. Hay que empujar de nuevo en bastantes tramos porque se pierde la tracción. En la cumbre hay unos repetidores de RTVE y bonitas vistas hacia Madrid y Ávila. Comenzamos el rápido descenso por rampas también con mucha pendiente donde hay que tener buenos frenos ya que igualmente son bajadas de 30% de tierra muy suelta y piedras en algún punto. Una vez en Valdemaqueda vamos por camino y un trozo de carretera corto a Robledo de Chavela, donde iniciamos la bonita ascensión hacia la Cruz Verde por el GR-10, en algún pequeño tramo también hay que desmontar, pero es poco. Una vez en la Cruz Verde subimos hacia el Pico del Fraile por sendero donde hay que empujar otro rato. En la base del pico por donde discurre la marcha de “Las Cumbres Escurialenses” cada verano, bajamos por una pista rápida hasta Zarzalejo donde bajaremos por carretera hasta enlazar con la calzada romana que lleva a la Silla de Felipe II, desde donde se disfruta de inmejorables vistas. Continuamos por el bosque de La Herrería hasta San Lorenzo, donde cogemos la pista de las 5 cancelas de nuevo hasta Galapagar. Ruta muy dura y completa, con mucho sube-baja, para disfrutar y sufrir un día entero y por todo tipo de superficies. Llevar abundante agua.

Por si no os lo creéis, aquí cuelgo el vídeo que hizo:

domingo, 19 de junio de 2011

Dos por el precio de una

Y las dos son, por este orden, la nocturna a la Camorca y la Acebeda (el viernes) y la del domingo, a la fuente del Intendente. Pero vamos por orden, una a una y con calma.

La primera sería una etapa normalilla, si no fuera porque la bajada desde la Camorca y por plena Acebeda la hicimos completamente de noche. No nos apuntamos muchos: Ignacio, Ete, Chomin, ranger Huertas y la participación especial de nuestro corresponsal en Madrid, Jorge. ¡Ah! y yo. Cuelgo aquí el vídeo que ha hecho Jorge:



Jorge también grabó la etapa y la pongo aquí. Veréis que la vuelta la hicimos por senderillos molto divertentes; no es que nos perdiéramos, sino que delante iba Chomin, y ya sabéis qué pasa... ¡Que no sabemos decirle que no!.


Cuelgo unos "mosaicos" con todas la fotos (de Jorge y mías) ordenadas cronológicamente. Así, además de ahorrar en tecleo, os entretenéis reconstruyendo el recorrido.

En el primer grupo de afotos llegamos a la fuente de San Pedro, mientras nos alcanza Domingo, que había salido un poco más tarde. Subimos hasta la pista ("los troncos").


Aquí arriba esperamos al inefable sh-Sherpa, que últimamente se ha empeñado en subir solito por Revenga y por la Nunca-Bien-Ponderada. Llegamos a la fuente de los Pastores.


La luz es espectacular. Cuando subimos por el Camino de Santiago, las sombran empiezan a invadir, poco a poco, el bosque. Aquí llegamos hasta el cruce con la subida a la Camorca "por detrás".


Por la Majada del Cochino que, por lo sucia que estaba, parece que no es muy conocida ni transitada. Por mí, que siga así.


Y superamos las últimas rampas para llegar a la cima de la Camorca justo en el lubricán. (Sherpa-Sherpa, apunta este palabro que seguro que te gusta).


Los Kamorka no estaban en casa, así que nos entretuvimos en esperar la salida de la luna (no la vimos salir) y en tomar unas chuches ("unos chuches", diría Rajoy). Hacía un frío considerable.


La bajada, repasadla en el track que he colgado al principio, porque yo, como buen sherpa, iba reconociendo más o menos sitio, pero normalmente estaba perdido del tó. Palominos, Navalternero, la cacera del Azud... Alucino cómo buscaba (¡y encontraba!) Chomin los caminos y las trochas en la oscuridad que nos envolvía. El Ranger Huertas ("¡Chomin, tira ya p'abajo!"), más suelto que otras veces, se lo pasó de lujo. Jorge --que llevaba en la cabeza una de las naves de Encuentros en la Tercera Fase"-- también disfrutó un puñao (o dos).


Reconozco que en un par de ocasiones, a pesar de las potentes luces, no ví una rodera o una piedra, y casi doy con los piños y, con ellos, el resto de la jeta en el duro suelo. Recuerdo haber pensado por una décima de segundo "¡Qué triste que lo último que vea en este mundo sea un pedrusco!..." Pero bueno. Acelerón cardíaco momentáneo, y a otra cosa.

A la una de la mañana una cervecita fresca cura cualquier cosa. Habrá que repetir.

Domingo

SUBIDA A LA FUENTE DEL INTENDENTE



Para comenzar bien la etapa, el Ayuntamiento nos puso un camión que nos iba refrescando el terreno en una jorhada en la que el cielo azul anunciaba buen tiempo o, más bien, calor.


Domingo y yo, que nos habíamos librado de pasar la aspiradora, enfilamos el carril bici para encontrarnos con Boli y Alberto en Parque Robledo. En el camino nos encontramos con varios grupos de bikers, entre ellos los Segobike, que iban a hacer la etapa de los chozos.


El grupo de 4 teníamos la vaga, difusa intención de buscar la subida a la fuente del Intendente, de la que habíamos hablado hace unos días con Rocinante, hoy convaleciente de los festejos conmemorativos del final de curso, etc, etc...


Tampoco lo teníamos demasiado claro, porque la fuente del Intendente está en la ladera de Peña Citores y de Dos Hermanas (¿ya cerca de Sevilla?), en una zona de curvas de nivel muy requeterrejuntitas, y a 1900 de altitud. Pero si se podía, había que intentarlo.

Alguna vez, hace tiempo, yo ya había subido por una pista que salía desde Prado Redondillo, perpendicular a la carretera, hasta La Espera del Rey, lugar en el que seguir en bici se hacía bastante difícil.


Sin tenerlo demasiado claro, comenzamos a subir hacia la fuente Merendera, lugar que yendo solito, sólo logro encontrar con el gepese. Esta vez, como íbamos con Chomin, daríamos con ella a la primera. Pues nada: Hacia el camino de Navalonguilla, con todas sus cuestazas.


Alguno de los tramos ya estaban bastante secos, y se perdía tracción si no nos andábamos con cuidado. Y, ya sabéis, volver a enganchar las calas no es tan fácil si la cuesta se pone tonta.


Chomin dice que hacia la derecha. 


Para estos chicos, este camino es nuevo.


Pronto llegamos a uno de los lugares de la sierra que más me gustan: la apartada fuente Merendera. Sitio escondido, perfecto para reponer fuerzas. Por cierto: ¿Quién se ha llevado las calaveras de vaca que adornaban el lugar?.


Un potente chorro de gua fresquita.


Hasta el 19 de junio de 2011 todo el mundo creía que la salida de la fuente se hacía por el mismo sitio que por el que se llegaba hasta ella; pero este día nosotros abrimos una nueva ruta. Es fácil: Toparriba, por medio de los helechos, que no muerden.


Y, re-encontrado el camino de Valbuena seguimos, solo que esta vez... ¡¡¡para arriba!!!. Aquí las piernas me recordaban que qué hacía allí, que tenía que estar pasando la aspiradora en casa, como los otros sherpas.

Pero ya no había remedio.


Boli parece que sonríe... pero no.


Al cruzar la pista preguntamos a un lugareño por el acceso hasta la fuente del Intendente. No nos aclaró demasiado, aunque sí que nos dijo que las bicis, lo más seguro, iban a rehusar, como los caballos en los concursos. 


Lo que no sabía el lugareño es que nuestras bicis están más locas que nosotros, si cabe. Así que enfilamos la vereda de las Peñas Lisas, aunque en esos momentos de ofuscación todavía ignorásemos su nombre.


La verdad es que si en esos momentos nos preguntan, tampoco habríamos sabido cómo nos llamábamos nosotros mismos, de lo duro que se estaba poniendo el terreno. Yo llevaba el corazón en las orejas: pum, pum, pum...


Y Boli dice que hasta aquí ha llegado. Que ya está mayor y que abandona el ciclismo profesional para dedicarse a la cría amateur de gusanos de seda. La cara lo dice todo.


Estábamos con los abrazos y las lágrimas de la despedida, intercambiando tarjetas de visita y números de teléfono, cuando de la mismísima nada aparece Tanis con sus dos compañeros de marcha (de marcha, de andar, Mamen). Tanis, que no sé qué concepto tiene de las cuestas y de las bicis, dice que vienen de allí arriba, y que claro que sí, que nosotros sí que podemos llegar con nuestras burras hasta la fuente del Intendente. Faltaría más. Un par de cuestecillas, luego a la derecha y, después de un giro de 180º, que ya casi estamos.


A mí, cuando me dicen que hasta tal sitio es imposible llegar en bici, qué queréis que os diga: me motiva. Ejemplos a patadas tenemos los sherpas. Pero las palabras de Tanis me preocuparon sobremanera...

Las de más abajo ya estaban bien, pero aquí las "cuestas" se llamaban "cuestas" con razón. Cada vez que echaba la mano a la cámara, la cafetera subía 20 pulsaciones de golpe. Y subir un tramo, por corto que fuera, a una mano, me costaba un triunfo o dos.


Siguiendo las indicaciones de Tanis (al menos eso creíamos) nos desviamos a la derecha por el camino al Boquete Bajo de Majalgrillo (¿quién pone los nombres a estos sitios?). Para colmo, en algunos lugares, se acumula serrín de una manera exagerada (ampliar foto, ampliar) y nos hace avanzar muy malitamente. ¡A ver cuándo barremos esto un poco!.


Si miráis en el mapa, el ramal sur de la "Y" invertida es el camino equivocado que cogimos.

 

Muy chulo, pero equivocado. De todos modos, aunque en todos los mapas desaparece y muere donde nos dimos la vuelta, vimos que seguía ladera abajo. 


Después de echar un ojo a los alrededores...


...decidimos dar la vuelta para buscar un camino más lógico, y volver otro día de investigación.


Pero sí que debíamos de estar bastante fuera de las rutas comerciales civilizadas, porque en el móvil ya me aparecía un aviso de roaming o no sé qué.


En este recóndito paraje vimos con preocupación cómo un enorme ejército de millones de hormigas se preparaba para invadir la tierra e imponer su yugo sobre la humanidad. Cuando alguna de ellas se nos comenzaban a subir por los tobillos, abandonamos el lugar a toda prisa. Quizá el 2012 sea el año en que estos himenópteros cumplan la profecía azteca (!!!!!!!!!).


Bueno, como para eso quedan todavía unos meses, nos dimos la vuelta para tomar, un kilómetro más atrás, el caminito que devoraba las curvas de nivel con ansias perpendiculares (¡ostras, lo que me ha salido!).


Más palos, más cuesta... ¡A veces hasta se podía pedalear!.


Este árbol nos dijo que no sabía qué era eso con ruedas que llevábamos debajo, que nunca había visto algo parecido por estos lares. Le contestamos que "ya", pero que se callara, que los árboles no hablan.


Y un rato largo (y medio litro de sudor) más tarde, justo antes de alcanzar los 1900, divisamos la fuente de los coj... digo del Intendente. 


En la foto de abajo, la huella de Tanis (como un Neil Armstrong de la sierra) en las proximidades de la fuente, confirmando que era verdad que habían estado allí.


Conquistado el hasta hoy inexpugnable waypoint... ¡nos dimos a la bebida!.


Una pequeña praderita acompaña a la fuente, perfecta para descansar un ratillo. La pendiente del lugar es considerable, como puede apreciarse. 


La fuente, propiamente dicha:


Un gnomo nos hizo esta foto a los tres intrépidos expedicionarios.


Luego, ya fue todo para abajo. La salida de la fuente, preciosa. Muy pendiente y salpicada de piedras y vegetación, nos divirtió bastante. Sólo una foto, que no se podía sacar la cámara de fotos sin riesgo de caída.


Casi toda la bajada está grabada en vídeo y, como es terreno desconocido para el resto de la sherpería, os pongo una peliculilla para que os hagáis una idea. Poneos cómodos, que es larga...





Atentos, que aparte de ésto, queda más: la crónica de la etapa que Jorge, nuestro corresponsal madrileño, se metió entre pecho y espalda hace unos días: los 125 de San Lorenzo.

Lo publicaré a lo largo de la semana.

¡Ah! Que se me olvidaba poner ésto. Gracias a Toñi (siguelsendero.blogspot.com), fan y seguidora número uno. Bastante más que otros sherpas, que ni entran en el blog. Y no miro a nadie. Para más señas, son de los que no se duchan cuando vuelven de nocturnada y se van a dormir. Pero no miro a nadie, repito. Además... como no estran en el blog...


Que sepáis, sherpas, que con la dotación económica me he quedado yo solito. Y me voy a dar una mariscada a vuestra salud.Gracias a todos los que leéis esta cosa y, cuando me véis por la calle, no me tiráis piedras.

¡Cómo estoy! También se me olvidaba que en breve aparecerán fotos de 85, de cuando los sherpas, siéndolo, aún no sabíamos que éramos sherpas.


Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.