domingo, 16 de abril de 2017

El enigma de otro mundo

Bonita, entretenida y de ninguna manera relajada etapa la de esta primaveral mañana. Sin desviarnos de los lugares clásicos Chomin nos ha descubierto, tanto a la ida como a la vuelta, parajes y algún que otro senderete nuevo y sorprendentemente diferente. También entretenidos y revirados a la par que pendiente, como mandan los cánones. En las fotos no los saco; ni cuando era joven los sacaba, como para hacerlo ahora, que éstos siguen sin parar a esperarme. 


Por el Molino de los Hoyos vamos a buscar el sendero del azud en unos tramos antes de lo acostumbrado. Tanto, que apenas está transitado y el recorrido es un tanto salvaje. Pablo habría disfrutado hoy haciéndose mil y un arañazos de los suyos y que tanto le gustan y caracterizan.

Ya en zona más "turística", algún que otro contratiempo resuelto presto y a la manera clásica, que hoy no estaba el sherpa-Sherpa con su costurero. ¡Tendríais que verle zurciendo y remendando!



Pa'rriba, pa'bajo, mil vueltas por esas cuestecillas tan bien puestas (aunque un poco destrozadas ultimamente, grrrr...) de la Acebeda que nos dejan sin aliento, hoy a buen ritmete; que la primavera nos alegra el pedalear a los sherpas, se nota.


Cuestas, ríos, bichos, piedras... nunca más de diez metros llanos, que si no la etapa no vale. Se impugna. Por cierto, que estos sherpas me meten por unos sitios por los que ellos cabrán... ¡pero no yo ni mi burra! He llegado a casa con arañazos hasta en la planta de los pies.


Chomin refrescándose los dedos de los pies. Al final cada uno lo intentó de una manera diferente, pero todos nos mojamos igualmente.


El momento sherpa de la jornada se dio en la Desesperada, cuando El Niño de Santo Tomás (nombre puesto por Chomin muy acertadamente) se topó con seis vacas seis, cornigachas y zahínas, saliendo regularmente parado del lance. Aunque no fuera al ruedo, sí que dio la vuelta, jeje. Abucheos del respetable, lanzamiento de almohadillas y, según parece que comentó posteriormente, se corta la coleta.

¡Y a lo que voy!: Después de rodear por el norte Cabezagatos y ya incorporándonos a las praderas de Nava del Rey, Domingo nos lleva a unas formaciones circulares que yo ya había visto por encima de la Cruz de la Gallega hace tiempo en escapadas fraudulentas.


Son varias; se trata de círculos hechos con troncos y ramaje. Aparentemente, nada más.


He mirado, y en Google Earth se aprecian con claridad. Os pongo una imagen de uno de ellos (el track nuestro en azul).

 

Al acercarnos, vemos que por encima, una manta impermeable recubre una oquedad. Por encima, las ramas y la hierba ya crecida tapizan todo el interior del círculo.


En un punto del perímetro, un agujero o madriguera. Si observamos más detenidamente, adivinamos una especie de ¿caja metálica?.


Aplicando la Navaja de Ockham, la explicación más sencilla dice que es una especie de remedo de los círculos de las cosechas, versión segoviana. Más burdos, menos elaborados, pero igualmente intrigantes, seguramente construídos por visitantes de Ganímedes o, más po-bable, de Raticulin.


No sé. A ver si esto de Interné sirve para algo y alguno de los sinnúmero de lectores de este blog  (agricultores, militares, ingenieros, alabarderos incluso) tienen idea o noticia de los que puede ser, que estamos en una incertidumbre que no podemos...

Y, si no, nos quedamos con la explicación de Carlos-Jesús.


Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.