lunes, 9 de septiembre de 2013

A relaxing cup of café con leche in El Chozo Aránguez

¡Vaya tardes malas de viajes, médicos y cursillo! Si las fotos de la entrada ya estaban rematadas el lunes, hasta hoy no he podido ponerme a terminarla. Hasta el título ya huele: cero en originalidad. Pero así se queda, que nos servirá para situarnos cuando leamos la crónica dentro de siete años(?).

Resulta que el domingo pasado, rodilla dolorida, había quedado con los cuñados "mayores" para enseñarles la subida al Chozo, y que los sherpas se fueran a su aire, que nos lo íbamos a tomar con calma y serenidad.


La verdad verdadera era que a Anselmo, en sentido estricto se la iba recordar, pues hace unos diez años ya había subido con nosotros al Chozo (según recuerda él).

También es verdad que se lo pusimos complicado al principio, pues subimos "tieso" hasta Tobarejos; despacito pero sufriendo.


Por "etapas" se fueron añadiendo unos y otros. Por ejemplo, aquí nos recoge bajando un poco el sherpa-Sherpa, que había subido por Dos Cabañas.


¡Aggghhhh...!


Mientras dejo un ratín a los cuñados, que vayan tirando p'arriba, bajo un poco a buscar a otro grupillo que subió después también por Dos Cabañas: Ete, Sherpol y Paco.


Rápido les alcanzamos. Los demás les rebasan y yo, que había prometido subir con ellos, me quedo. Y tan a gustito.



El resto de la subida al Chozo la hacemos los últimos y a ritmo de excursión globera. Dos cosas son verdad: Así se va de primera y, la otra, que tampoco podría haber subido mucho más deprisa. Mi estado de forma es lamentable, después de un verano sin salir más de una vez por semana. Y creo que, por ahora, no voy a poder aumentar demasiado la actividad ciclista. Ya veremos.


Aquí les presento al pino-elefante. Los tres recuperamos el resuello.


Con un grupillo de tres por detrás llegamos a la pradera de arriba. El día es espectacular.


Ricardo, haciendo gala de sus habilidad sobre la bici, en esta zona complicadilla.


Os dejo con las fotos, porque os confieso que ganas de escribir tengo pocas. Solo deciros que también subieron, además de los nombrados, Boli, Alberto, y tomando la alternativa sherpa, su hijo Iván, con su flamante Cannondale (bici rota).



Aquí a Ricardo le entraron unas irreprimibles ganas de probar el suelo.



Toda la tropa.


Un pajarillo rescatado del interior del Chozo, donde se estaba golpeando contra los cristales; el probrecillo no encontraba la salida. Buena acción del día.


Fauna del Chozo, descontando sherpas.



Toos juntos. Ignacio debe estar por detrás...


Y alguna fotillo de la vuelta.




Bajando hacia Dos Cabañas, que es treinta y dos veces más fácil (y divertido) que subir.



También paramos en la Fuente del Chotete. Con su fauna correspondiente.


Y la fauna del carril bici, también.


No he escrito demasiado de la etapilla, pero no quiero terminar sin mencionar el último invento sherpa. Se trata del "cubo 3L con grifo y sujeción soldada para transportín", obra original de Anselmo (sobrino) para mantener hidratado a su tío Javi en sus correrías.


Y el vídeo promocional, copyright Anselmo. Un bombazo.


Para rematar ya de verdad, unas imágenes de las salidas cannondaleras de entre semana, con ruedas finas, que parece que es lo único que no me perjudica la rodilla. Como veréis, también se puede disfrutar de los paisajes de los alrededores de Segovia. Aunque no es lo mismo.









Prometo poner más interés en la próxima. Pero es que son ya casi las diez y me quiero "sentar".


Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.