domingo, 28 de febrero de 2016

¡...Pues toma dos tazas!

Fíjate tú que hace un mes tenía ganas de probar la nieve, pero ahora empiezo a entender al tío Talus. Lo que es la vida: ahora mismo, sentado frente a la pantalla del ordenador, con los dedos de los pies aún fresquitos, echo de menos las etapas polvorientas de pleno agosto. Esas plastas acartonadas en el sendero, las moscas orbitando nuestros cascos, mosquitos aplastados en los cristales de las gafas, los queridos tábanos... ¡ay!


Íbamos a haber ido al Pirón, pero eso debía de estar de barros hasta arriba. Esta noche ha vuelto a nevar y las temperaturas no son como para que hiele, así que ni lo intentamos. En su lugar, decidimos hacer una "panorámica", etapa típica de cuando llueve a mares o de los dorados atardeceres segovianos del pleno verano.


Y como es panorámica, os voy a freír a fotos. Y no protestéis, que sólo pongo aquí una cuarta parte de las que he hecho, que me he pasado la mañana poniendo y quitando guantes. Que tengo más cansados los dedos de las manos que las piernecillas. Por cierto, lo que me está durando esta cámara: pasada de moda, ¡pero resistente (TOUGH, Olympus) como ella sola!


Ah, y el equilibrio doblemente trabajado: cuestas traicioneras y resbaladizas (como esta del Pinarillo) combinadas con el famoso disparo a una mano, mal-agarrando el manillar con la otra (marca registrada del Tris). Aunque he de confesar que en esta cuesta no solté ninguna de las manos en ningún momento, ni se me pasó por la cabeza. Y más de un pie tuve que echar además, aunque es el sherpa-Sherpa el que casi se come un pino diez segundos después de la imagen de aquí abajo, jeje.


Er-Shomin, por un recorrido alternativo.


Y por aquí, bajando más cómodo que el cuñao, al que se le olvidó desbloquear la suspensión, ¡tontostá!. Tres empastes tiene que ponerse nuevos mañana.


Subiendo a Zamarramala por Peña Grajera, nueva clásica parada. Aquí nos detenemos siempre.


Por ahí enfrente, entre los pinos, es por donde hemos bajado cruzando los dedos de los pies.


Llegar a Zamarramala nos costó más de lo esperado porque, casi llegando, el camino estaba saturado de nieve. Esto es llegando a Peñas Labradas, otro de los miradores, pasado ya el pueblo.


Tecnología 3d-sherpa: ni gafas polarizadas, ni carísimos dispositivos... ¡nada!: los sherpas nos las arreglamos para llevar a vuestras casas la sensación de estar allí con nosotros, y sin pagar un duro. Y con los pies secos delante de vuestro propio ordenador, tablet o esmarfon.


Esta zona es complicada incluso con el terreno en perfecto estado. Nos da igual, así de tremendo es el desdén por el peligro que tienen los sherpas. Y también, que estamos un poco tontos (pero eso ya lo dejé suficientemente explicado en la anterior entrada).


Por cierto, que la semana pasada tenía prácticamente rematada la entrada correspondiente, con sus fotos y sus chascarrillos, pero... que se me olvidó colgarla de lo tontísima que tuve la semana. Bueno, la reservo para otra ocasión en la quehaya menos cosas que contar. Además, sería demasiado empacho de nieve.


Y detenidos por encima del monasterio de El Parral...


...nos alcanzan un par de Globeros Locos, que con tal de no pasar la aspiradora son capaces de cualquier cosa, incluso de salir en bici (lo mismito que los sherpas, esa es nuestra motivación)


Camino del mirador de la higuera,  una fotos pa'trás, que algo saldrá. Esta es la mejor de las tres que hice, así que os podéis hacer una idea de la calidad de los descartes.


En el mirador sobre la Alameda del Parral, bucólica imagen del sherpa-Sherpa. En esta estampa casi parece un intelectual.


Pero Chomin le gana. Seguro que para sus adentros estaba declamando unas bellas composiciones líricas dedicadas a la ciudad de Segovia.


Hostilidades sherpas-globeros: La sangre no llegó al río. Pero solo porque a ninguno de los dos se les ocurrió la gracia de poner una piedra dentro de la bola. 


Hacemos las paces con una foto.


Los globeros me quedan mejor en las fotos que los sherpas. Posan mejor, con más naturalidad. Y luego ese naranja que resalta tanto y da el punto de color.


O, si no, comparad con estos colores descoordinados y desaboríos. Aprovecho la ocasión: ¿Alguien nos patrocina un uniforme sherpa?


Bueno, claro, quién va a querer patrocinarnos, si por donde vamos nunca hay nadie. Y así es imposible hacer publicidad. Seguiremos con nuestros atuendos de siempre.


Joaquín R. tiene algunos problemillas con las piedras que hay ocultas bajo la nieve. Sospechamos fundadísimamente que cambia de zapatillas cada dos o tres etapas.


Otra bonita e inestable bajada más. Algo habrá al final que nos detenga.



¡¡¡Almendros (o lo que quiera que sean) en flor!!! Esto no hay quién lo entienda, no señor.


Y del Eresma nos dirigimos a buscar el Clamores. Mira tú qué bien, que esta zona está sin nieve, lo  primero limpio que nos encontramos en toda la mañana.


Y hacia las escaleras de la Hontanilla, otro clásico.


Casi arriba, un pequeño desvío para visitar el espolón de la Casa del Sol, bonito (y hoy peligrudo) mirador. Primero de ida.


Luego, de vuelta.


Las huertas y la Dama. Estos días, como dice Jorge, imágenes que están invadiendo los interneses.


La imagen del día. ¡Qué digo día!¡¡¡La imagen del siglo!!! J.R. en un bar. Huertas dice que le estamos socializando. Yo digo que tenía frío, porque la verdad es que no tomó nada, jeje.


Y una 1906 más tarde, rumbo al corazón del casco viejo, (más) escaleras arriba.


Y el resto es un montón de escaleras pa'rriba y pa'bajo, que me niego a explicar porque ya no me apetece escribir más, que estoy perdiendo la afición. Cada uno las bajó como quiso, que aunque no hayamos nacido en Bilbao, semos sherpas. Aquí, ejemplo de la manera difícil y cansada.


Aquí, de la fácil.

Chomin's


Y con estos bonitos ejemplos y un par de fotos muralliles, se despide éste que tanto os quiere y aprecia.



 Hala, hasta la siguiente, que será de nieve o hielo, una de dos.

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.