La caída de Juan Carlos, el cordobés, estaba grabada como os dije, pero desde lejos y con mucho movimiento por los pedruscos que estábamos atravesando.
He acercado la imagen, la he ralentizado y enfocado lo que he podido, he empleado tecnologías que sólo posee la NASA y los de CSI... pero se ve muy poco y mal, más bien nada. Además, se pone una rama en el mismísimo medio. Mirad:
Es lo que hay. Lo bueno es que al final no tuvo consecuencias.
Ya sabéis que esta bajada es muy divertida, pero tiene dos cosas:
La primera es que la rueda delantera, si no se ataca con suficiente velocidad y el culo atrasado, se puede quedar atascada en bastantes sitios, con el consiguiente vuelo acrobático. Hay veces que no se produce el vuelo, hay una simple "desmontada" en la que el sherpa, a horcajadas, choca sus partes pudendas contra la durísima potencia de la bici; el grito desaforado puede oirse en varios kilómetros a la redonda, confundiéndose en ocasiones con el rebudio del jabalí.
La segunda es que cuando hay humedad, se puede ir -ora de delante, ora de atrás- en varios lugares, sobre todo en la piedra grande, ancha, lisa y en pendiente que todos sabéis. Aquí, la pista de aterrizaje no existe, y es topabajo, no conociéndose el final de la cuesta ni el resultado del tortazo pues aún -crucemos los dedos- no se ha producido esta eventualidad en la historia de los sherpas.
Otra vez, ya sabéis sherpas, os caéis más cerca de la cámara. Yo, por mi parte, también estaré atento: Por ejemplo, donde haya un charco grande lleno de barro pegajoso, me acercaré al sherpa-Kalambres. O vigilar de cerca al sherpa-Pifo(-stio) también asegura una contribución más que digna a "Impacto Total".
Como curiosidad, explico brevemente el origen de tan curioso topónimo:
La primera vez que bajamos esta cuesta, hace ya muchos años, el sherpa-Chomin pasó por encima (es un decir, pero un decir casi literal) del periódico de un tranquilo y confiado excursionista que descansaba en estos lugares leyendo la prensa del día.
Desde entonces y para siempre, "Cuesta del Periódico".
Como curiosidad, explico brevemente el origen de tan curioso topónimo:
La primera vez que bajamos esta cuesta, hace ya muchos años, el sherpa-Chomin pasó por encima (es un decir, pero un decir casi literal) del periódico de un tranquilo y confiado excursionista que descansaba en estos lugares leyendo la prensa del día.
Desde entonces y para siempre, "Cuesta del Periódico".