domingo, 18 de febrero de 2018

El rocanrol de los barros del río Pirón

Y el Ciguiñuela, pero me estropea la aliteración. Y de las zarzas y los árboles derribados, también. Por fin fuimos al Pirón (a la quinta fue la vencida) y la verdad es que nos hemos dado una buena paliza. Día con niebla que al final levantó, aunque comenzamos en dirección a ella. Al final se quedó un día luminoso y de aceptable temperatura.

Os pongo la historia gráfica de la etapa, esto es, solo fotos, que hay muchas y no me apetece (estoy desentrenado también) escribir.



Comenzamos fuerte, yo estaba dormido aún y se me hizo complicada hoy esta trialera... ¡en plena ciudad!





Los barros comenzaban a deshelarse.





Adentrándonos en la niebla.



Después de esto, me entero de que David se ha dado la vuelta. Tendría deberes.



Desde aquí, montones de árboles caídos y otros destrzos de las nevadas pasadas.


¡Y la puntilla!



 







Atrapados entre las aguas y la montería.



Uno de varios (infructuosos) intentos. Decidimos seguir por la margen derecha, hacia la ermita de Santiaguito, pero eso no nos quitó de atravesar las aguas.














Bendición urbi et orbi.





Ahora, el reto de las zarzas, que no fue poco reto.




Decidimos salir del valle por uno de los desconocidos barrancos laterales, a ver si la suerte nos sonreía.





Bajamos al Ciguiñuela, después de que J. Rueda nos abandonara por la carretera.




Preciosísisisisisimas praderas.


Vimos un montón de súpercharcos o protolagunas a punto de ser colonizadas por bandadas de anátidas. Ruidera, Villafáfila.,,


Entrando en Segovia, más destrozos. En el bosque vamos a encontrarnos una hecatombe cuando vayamos.




Hoy el divertidísimo sendero que nos lleva al Tío Pintao estaba especialmente resbaladizo y traicionero. Pero no por eso deja de ser divertido el puñetero de él. Bonito final.


Bueno, el final fue éste. Como unos turistas más, pero se nos diferenciaba de ellos por el barro, jeje.


Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.