Lo que queda de los sherpas, Eresma arriba, Eresma abajo.

Antes de pasar a la crónica, tres minutos de publicidad:

Los hunos dormían encima de sus caballos, huno+caballo igual a uno.

Del mismo modo, ¿qué es un sherpa sin montar en bici?. ¿Qué hace un sherpa un domingo por la mañana,  balanceándose blandamente en la mecedora, con una mantita en las rodillas y la mirada perdida en el infinito?.

Eso, y me cuesta decirlo, es... ¡¡un CAGABANDURRIAS!! (véase entrada nº 1).

Los que dejamos la mecedora en un rincón, nos pusimos en marcha a pesar de la amenaza de lluvia. Éramos cuatro sherpas, aunque uno llevaba la bici rota.

Con las orejas haciento de tope al casco y los calcetines subidos hasta las ingles, nos pusimos en marcha sin saber muy bien adónde ir. Como en otras ocasiones, dejamos a las bicis hacer.

Y, para variar, nos condujeron hacia Valsaín. Eso sí, siempre por senderitos llenos de barro y charcos, que son bicis de montaña de pura raza.

No nos importaban los animales salvajes que salieran a nuestro encuentro, que sherpa-Rocinante los espantaba con sus berridos desaforados.

Después del carril bici, en el que Rocinante-Bici-Rota y Kala vieron a unos ciclistas, no volvimos a ver a ninguno más. El bosque estaba espectacular de ocres, amarillos, pardos y verdes. Y, por añadidura, muy resbaladizo.

Empezaba a llover.

En una de las cuestas clásicas de la derecha del Eresma según subimos, paramos a buscar setas.

Y fueron capturados dos boletus (Chomin, Roci) que corrían como desesperados, sabiéndose los últimos de la temporada.

Llovía más, y sherpa-Chomin se puso el disfraz de Batman. Al final de la etapa, cuando estábamos cocidos en nuestros propios jugos y nos desabrochamos los chubasqueros, tendríais que haberle visto; con los faldones al viento y esas polainas, Robin se lo habría comido.

Pero, afortunadamente, nosotros estamos hechos de otra pasta y nos aguantamos.

Y fue aquí, al llegar al puente que es base del "Mortirolo", cuando vimos que seguía lloviendo y que hacia la Fuente de la Reina tenía muy mala pinta. Decidimos pasar al otro lado del Eresma, y volver por el sendero que baja por la derecha de la carretera general. Pero sin pisar la pista de asfalto, que p'a eso semos sherpas y tenemos (2) pelos en el pecho.

Y fue un rato más tarde cuando sucedió algo que no creeréis, pero que es cierto como que Elvis vive: Kalambres y Bici-Rota son testigos de lo que digo. Al buscar el Puente de la Cantina por senderos, en un tramo nos quedamos sin sitio claro por el que guiarnos. En esto que alguien dice (muy sensatamente, dentro de lo que son los parámetros sherpas) -"Nos tiramos por aquí en medio"-, a lo que responde sh-Chomin: -"No, que por aquí está muy mal".-

Patidifúsicos y ojipláticos.

Medianamente recuperados de la conmoción que nos causó el sucedido anterior, desde allí volvimos por los referidos senderos. Camino muy divertido, vadeando ríos, algún brico que otro, sorteando palos resbaladizos y siempre buscando la opción más sherpa, ya sabéis.

Como no fuimos a ninguna de las cumbres ni lugares clásicos, la etapa pudiera parecer un poquitín light, pero lo cierto es que nos hicimos casi 50 km de terreno rompepiernas, en unas condiciones bastante "pestosillas" por la lluvia y el frío. Bueno, los de Parque Robledo, 15 km menos ¿eh?.

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Atentas todas las tribus, que la semana próxima tendremos que ir al castañar ¿o no?.

Por cierto: mañana a las 10 en el Azoguejo, 10'15 en Kandilandia y 10'35 en Parque.