Ella está húmeda (la sierra)

Y es que todo vale para aumentar el número de visitas del blog. Por ello, perdónesenos las técnicas de marketing de guerrilla (sucia) utilizadas para titular este post.

Se va a cumplir un año del primer post dentro de menos de un mes y todavía no hemos conseguido autofinanciarnos. No nos financiamos ni las cervezas del final de etapa, así que como esto siga así vamos a tener que editar el "calendario sherpa-sexy". Sherpa-Escabeche ha sido votado como mister-enero, lo que nos aseguraría ingresos millonarios que serían empleados en financiarnos una vida de molicie, ocio y vicio.

Mientras tanto, debemos dedicarnos a lo nuestro y levantarnos cada mañana de domingo para la esforzada tarea a la que nos condenó el Pecado Original. Suena el despertador, me pongo un calcetín en la oreja, meto el pulsómetro en el microondas... ¡y ya estoy casi preparado!. No acierto con el ojo y tardo 10 minutos en ponerme la lentilla; cuando quiero salir se ha pasado la hora. Al llegar al Azoguejo veo un ciclista de amarillo a lo lejos. Pienso que es Domin y salgo detrás de él. Exhaustísimo llego a Kandiland sin haberle echado el guante y es entonces cuando recibo una llamada del susodicho diciéndome que está detrás... Por fin nos reunimos en el carril bici, como se ve aquí.

El cielo está nublado pero la temperatura es agradable. Vamos todos juntitos, mirándonos de reojo y desconfiando unos de otros. A todos nos extraña que casi llegando a Valsaín no se hayan roto las hostilidades.

A estas alturas (es la primera o la segunda vez que nos pasa) no sabíamos aún adonde ir. Pero íbamos. ¡Curiosa raza los sherpas, vagando sin rumbo ni dirección!.

Llegamos al Puente de los Canales con sus cantosas maderitas nuevas. Allí nos ponemos más o menos de acuerdo en subir a Cotos y buscar una bajada nueva, pues la de siempre -estamos de acuerdo- se nos hace aburrida. Estábamos todos de acuerdo... No marearé al ingenuo lector que no conozca bien el carácter sherpa; porque el que nos conozca tendrá clarísimo que el destino de hoy será cualquiera... ¡¡menos Cotos!!.

Remontamos más o menos rápidos el Eresma y al acercarnos al Puente de la Cantina decidimos salir a la carretera para buscar cobijo en la casetilla que hay cerca pues, está empezando a llover. El demonio, cuando no sabe qué hacer, mata moscas con el rabo. Y como nos aburríamos ahí debajo, comienzan las disensiones en el grupo: Cotos, no; Navacerrada, o mejor la Camorca; bueno, no: la Fuenfría y el camino Schmidt.

Nos miramos todos sorprendidos, pues la contrariedad en los pareceres no es algo normal en el grupo.

Bueno. Será lo que cenamos anoche.

Como sigue lloviendo fuerte, piscolabis-sherpa. Parece que no va a dejar de llover en toda la mañana, pero en un momento la intensidad de la lluvia decrece. Nos decidimos, aprovechamos el respiro, y tos p'alante.

Hago amago de desviarme a la izquierda por una empinada pista que prometía diversión ilimitada, pero sólo me sigue Kala. Renuncio cabizbajo y me reincorporo al grupo refunfuñando, cosa extraña pues yo, sherpa-Tris, rara vez refunfuño.

Culo, caca, pedo, pis. (Esto es para los buscadores, tranquilos).

La subida por el Mortirolo a la Fuente de la Reina es a tonto-el -último. Arriba están esperándonos, como si nada, los de siempre: Kala y Periko (¿qué harán solos, tanto tiempo, esperándonos?). En la subida nos hemos encontrado algunas pequeñas manchitas de nieve, pero hay menos de lo que nos esperábamos.

Todos juntos, volvemos a hablar sobre dónde ir.

En la ONU se ponen de acuerdo más fácilmente. Sh-Xomin se va a boletus y los demás decidimos después de cien opciones diferentes subir a la Camorca, que Boli no lo conoce. Quedamos con Domin en vernos en la salida de la Camorca.

La subida a la Camorca (subida que Dios confunda) se hace dura. En la foto van delante de mí Kala (no se le ve casi), Boli y Pedro.

Algo raro ocurre aquí, porque llego justo detrás de sh-Periko. Vivir para ver.
En la Camorca, aparte del nuevo mirador, todo está como siempre.

Aquí llega sherpa-Pifo, que salió por la mañana de amarillo y llegó a casa multicolor.

Más que sherpas, parecen Los Osos Montañeses.

El GPS de la Camorca que, visto lo visto, es más fiable que el del sh-Sherpa.

Abajo, Los Osos Montañeses con sus vecinos, Los Mojarras. Sherpa-Kala, avergonzado, oculta el rostro, porque sabe que por la interné le va a ver todo el mundo.

Panoramic view: Peñalara, La Bola, Siete Picos, Montón de Trigo... el país de Sherpilandia.

Al bajar nos reunimos con Domingo, que nos esperaba. No se había enfadado demasiado. En la bajada había trozos con nieve; en uno de ellos casi me rompo la crisma, pues se me fue de delante. Al llegar abajo nos cuenta sh-Pifo que él sí se ha estrenado. Lo confirma el manchurrón de su costado.

Como el suelo está húmedo y compacto, la bajada por la "calzada" es fácil, rápida y divertida. Extrañamente, decidimos sin discrepancias desviarnos por la bajada justo antes de la Fuente del Pájaro y nos tiramos topabajo (saludos a los Toparriba de El Puerto de Santa María). ¡Ah! Creo recordar que la vereda se llama del Pino Golondrino. Por cierto, muchísimo más pendiente de lo que parece en las fotos. Muchísimo más.

¡Con qué elegancia baja el sh-Periko! Ya va cogiendo el gusto a esto del mtb. Hoy, aunque algo tocadillo, le he visto divertirse, dando saltitos y bajando deprisa y confiado con su burriquilla.

Sh-Xomin, bajando como una centella, que se calientan las cervezas y se enfrían las patatas.

Incluso sh-Pifo ya se cae con chulería. ¡Esto no es lo que era!. Como no vuelva a ser el Pifo-stio que todos conocemos, le echamos del grupo.

Y en menos que canta un gallo, se monta en su Lapierre y no hay cuesta que le detenga. No sé dónde vamos a ir a parar. En otros tiempos, no habría hecho esta bajada sin empotrarse en tres o cuatro pinos. O, si no, que se lo pregunten a varios maltrechos ejemplares del pirineo oscense.

Breve reagrupamiento y de paso disfrutamos de las espectaculares vistas.

Más bajadita. Algo peligrosillo el asunto por la cantidad de hojas que se acumulan en el suelo, ocultando trampas en forma de hoyos, piedras o palos. Por esta vez, nos salvamos.

Pongo aquí al Kalambres que hoy ha salido poco, y Bego nos deja de leer. Y hay que conservar a las escasas lectoras que tenemos. ¡Hola, Bego!.

Ponía "etílicos"; que no hemos sido capaces de leerlo en la distancia, pero un tratamiento digital con software de la NASA lo deja claro.

¡Y mira quién aparece mientras nos tomamos el elixir reparador! El ranger-de-la-Orden todo limpito, duchado y peinadito. Nosotros aún no habíamos pasado por casa y él ya había oído misa, se había tomado el vermú y tenía en la mesa preparado un arrocito. Una raza organizada esta de los rangers. Irá en los genes.

Al final, nos ha salido una etapilla muy apañá. 50 kilometrillos exigentes, variados y divertidos. Aunque todos pensamos que llevamos una racha que no salimos de esta zona de la sierra. Y, sherpas, en la variación está el gusto.

La etapa del cordero tampoco puede ser el finde que viene (ausencias sherpas) y después se nos acumulan las cenas de Navidad. Por eso, habrá que dejarla para mediados de enero, como pronto. Eso no quita para que nos juntemos en alguna otra ¿no?.

Además habrá que pensar con qué original atuendo nos presentamos este año en la San Silvestre. Pensad, pensad, sherpas; dadle al coco.

Y para acabar la crónica de la etapa, reproduzco el diálogo que se producía al final entre los sherpas presentes, causado por la ingesta desmedida del elixir mágico (corre la especie de que el sherpa-Periko se cayó, siendo niño, en una marmita llena de la preciada poción).

¡Y dicho y hecho!. El pueblo sherpa juega dos decimitos del número que aparece aquí abajo.

(*) Atentos al comentario acalaratorio, que no queremos salir en los telediarios.

Entre esto y el éxito del blog, el año que entra nos hacemos de oro. De todos modos, no os despidáis del trabajo todavía, porsi.

Al terminar la etapa, como es costumbre, Xomin y yo fuimos a lavar las bicis a la gasolinera en la que trabaja David-Camorca. Para no mojar la cámara de fotos, la dejé, junto con el GPS encima de una de las paredes que limitan el lavadero. Terminamos de lavar las bicis, inflamos la rueda de Xomin que perdía aire, y me despedí, tan contento.

Después de comer, pasada una hora, se me encendió la bombilla (!!!). En un minuto estaba en el coche y en cinco más en la gasolinera. Todo seguía ahí, en su sitio, mientras la gente lavaba sus bólidos. Ya van dos veces; la anterior, David me guardó la camel con todo lo que llevaba dentro: cámara, GPS, llaves... ¡Qué desastre! Esta vez he vuelto a tener suerte. Como dice Domingo, estoy de estreno.

¡Ah! Que casi se me pasa: ¿Admitimos al Boli como sherpa?. Creo que tendría que superar unas pruebecillas y someterse a los rituales iniciáticos de siempre: ofrendar unas rondas en el ara sherpa y yastá.

Perfil de la etapa. No aparecen 8 kms del inicio y del final de la etapa. Salgo desde 1000 m. má o meno.

Otro tema (no termino nunca esta entrada): El Abo Sesino, cansado de golpear las bolas de tenis con la raqueta, ha decidido agujerearlas a balazos, como consta aquí abajo (apréciense las sutiles cicatrices causadas por dos impactos de carabina de 5'5 mm hechos a 15 m.). Sostiene la bola el sherpita-Tejerín que, por cierto, no la suelta ni para ir al baño.

Bueno, eso de "a 15 m." lo dice él, que no sé yo si será capaz. Ayer se lió a raquetazos con unos indefensos pajarillos. Hoy una inocente pelota de tenis. ¿Qué será mañana?¿Acaso un sherpa despistado?¡Dios nos asista!.