El Consejo de Ancianos Sherpa, casi en pleno.

Nunca hasta ahora había sido filmado este extraño comportamiento. Los etólogos hacía años que ansiaban un documento como éste. Pues bien: aquí está. Es el preciso momento en el que el grupo sherpa decide qué camino tomar. Sutilísimos gestos y danzas ancestrales que se han ido depurando y evolucionando a través de las generaciones sherpas, hacen que la comunidad siempre elija el camino más adecuado en cada momento y época del año. La selección natural ha funcionado con la raza sherpa. Sólo los más brutísimos sobreviven. "¡Hala, p'a la fuente de los Pastores!". El macho dominante ha decidido.

Y ya que estamos aquí, pues vamos a dejar que estos gañanes suban por donde quieran que yo, siguiendo las enseñanzas de los Kamorka y recordando viejos tiempos, me subo por la "cuestaza". Menos mal que estaba compacta, que si no, ahí mismito me quedo. Pero la subí hasta arribota del todo.

Y como por aquí se llega antes, me dio tiempo a hacer esta panorámica, justo cuando llegaba un grupo de La Granja con el que venía sh-Periko (se les ve un poquito donde termina la pila grande de maderos, si se pincha sobre la foto).

Subió Periko con nosotros la "Cuesta de los Buitres" y logramos unirnos a la cola (con perdón) del numeroso grupo. Iban con ganas, así que la subida fue animada. Como en principio teníamos pensado bajar por la vereda del Pino Golondrino, Periko siguió con ellos. Pero después de tomar unas galletitas, el grupo de ancianos-sherpas, con las fuerzas resucitadas mágicamente, decidimos seguir por la "calzada" . Por cierto, al grupo de ancianos sólo le faltaba sh-Xomin (compromisos familiares) y sh-Ete (compromisos familiares). Este último ha prometido un justificante por escrito. Será publicado.

Ya solitos, los cuatro subimos hacia la Fuente de la Reina no demasiado despacio.

Bajada hacia la Acebeda, por el recién descubierto "flow", divertida variante que hasta ahora siempre dejábamos a nuestra izquierda. El resto del camino iba a ser el clásico de la Acebeda para salir por la senda de la Desesperada, pero los barros nos lo impidieron.

El bosque estaba precioso. El año pasado a estas alturas estaba nevado, pero hoy, aunque con frío, lucía el sol.

Tomamos el desvío bosque-a-través para enlazar con la otra pista, pero...

...los barros nos impiden seguir. Decidimos cruzar el río y adentrarnos más en la Acebeda, que no estaba en mejores condiciones. La Lapierre de Pifo prueba por primera vez en su vida los barros. La favorecen, queda muy guapa, como más profesional, más... sherpa.

Los acebos brillan, las nubes se levantan. Lo malo de las fotos es que siempre sale un "bicho"; pero es que siempre se ponen delante, parecen moscas.

Aprovecho, dadas las circunstancias y lo propicio de la situación, para felicitar las fiestas. El aguinaldo, por Pay-Pal.

Como se ve en la foto, el impacto medioambiental causado por nuestras monturas no se nota demasiado ¿no?. Está la zona arrasadita por las máquinas; pero hay que reconocer que es el uso que se le da a este bosque que, por lo demás, está muy bien cuidado.

Por terreno más agradecido bajamos hacia Revenga.

Todavía queda alguna cuestecilla. Al final, lo que iba a haber sido una pequeña salida, se convirtió en una señorita etapa, con sus subiditas, sus bajadas rápidas, sus zonas técnicas y sus tramos duros, sobre todo los del barro.

He de confesar que lo que sucedió en el tramo final de la etapa me preocupó sobremanera. En transitando por el Soto de Revenga, el Demonio (Satán, Lucifer, Belcebú, o como se quiera) tomó momentáneamente la forma del sherpa-Pifo y anduvo engatusando al sherpa-Enriquet sobre las bonanzas y virtudes (falsas, por supuesto) de la bici de carretera. Lo malo es que éste escuchaba con deleite, aceptando de buen grado los falaces argumentos. ¡Asentía con la cabecita el jodío!.

Aquí, el Maligno. Aquí, unos amigos.

Yo sólo digo que el proselitismo está duramente penado estre los sherpas. Y que los renegados son colgados por los pulgares del palo mayor (atento, Roci, esto también va por tí, que flirteas demasiado con la flaca). Me tranquiliza, sin embargo, que la verdadera fe-sherpa es fuerte, y que por más que el Maligno aceche tentando con el asfalto y las ruedas delgaditas, todos sabemos en el fondo que en las ruedas gordas está la verdadera diversión. ¡Dónde va a parar!.

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Ya cerca de casa, el paisaje no es tan idílico. Pero es lo que hay; no nos vamos a quejar, que hoy no hemos tenido que tomar ni siquiera el carril bici. Y eso ya se agradece.

Y como sherpa-Pifo estaba empezando a "ahogarse en su propia saliva" (¡qué enfermedad la suya!), decidimos por una vez, y sin que sirva de precedente, sellar la etapa con unas cervecitas.

Y tan contentos.

¡Ah! He encontrado este enlace por ahí. Es el Camino de Santiago digitalizado totalmente (SteetView). Chola. Peregrinación digital. Aunque prefiero que me duelan las piernas y verlo in-situ que sacar agujetas en el dedo índice. Pero para recordar (o para preparar futuros Caminos) vale de sobra, y está muy bien. Lo cuelgo en la sección de enlaces.