domingo, 8 de noviembre de 2009

Hijo, un día vas a olvidarte la cabeza

Es lo que me decía mi abuela, hace ya muchos años. Y en la etapa de hoy, si no olvidar, sí perder. Hemos perdido todo lo perdible, aunque casi todo lo hayamos vuelto a encontar, gracias a Dios.

Como queda registrado en la entrada anterior de este cuaderno de bitácora por el mismísimo capitán Kirk, nos hemos acercado en el USS Enterprise hasta las cercanías del planeta Navafría, más concretamente frente al cercano planetoide conocido como Torre Val de San Pedro. Hemos tomado la conocida senda estelar que sube y sube durante unas 8 unidades astronómicas a velocidad sub-luz. Todo ello sin perdernos en ningún momento gracias al nuevo gacheto-achiperre-super-panorámico del sherpa-Sherpa. Por cierto, hay que regalarle otro manillar porque en éste ya no le caben más cosas. El manual de sus adminículos varios tiene más páginas que el del volante de Fernando Alonso.
Subiendo lentos pero constantes, llegamos a la cota de nieve: unos 1600 m. Después de hacer una foto, con las manos entumecidas guardé la cámara en uno de los bolsillos de atrás. Como no tenía tacto, sin querer la dejé caer al suelo y seguimos como un kilómetro hasta que, al echar mano para volver a hacer otra foto, me dí cuenta que no tenía la Panasonic.
Marcha atrás, cuesta abajo hasta que la encontramos tirada en medio del camino, y rehicimos lo andado -pedaleado- de nuevo. Entonces sí que pude hacer la foto.
Llegados al sitio (secreto) en el que en temporadas mejores hemos llenado sacos y sacos de boletus, nos dispusimos con escasa fe y mucho silencio -no vaya a ser que se asusten- a buscar tan esquivo animalillo. No solo no encontramos ni uno, sino que además perdimos el GPS ¡manda narices!. En la foto de abajo, sh-Sh lo encuentra después de unos 20 minutos de incertidumbre inenarrable.

2ª pérdida y 2º hallazgo. No siempre íbamos a tener tanta suerte.
Desanimados y descreídos de todo, después de haber descendido un rato largo, volvemos a intentarlo de nuevo, pues una corazonada (y nuestro fino olfato) nos decía que no todo estaba perdido (aunque sí que habíamos perdido casi todo lo que podíamos perder). Yo oía algo, y en efecto, era el único boletus del bosque que me llamaba; por una vez, ese séptimo sentido que adorna al sherpa-Xomin me había hecho encontrar el único ejemplar que habitaba el bosque y que, cuando termine de redactar estas líneas, voy a degustar con un chorrito de aceite y pizca de sal maldon. ¡Cómo corría el jodío! Me costó, pero al final, casi exhausto, lo rodeé y capturé.

¡Qué guapos estamos los dos!
Con el corazón henchido de alegría y gozo, nos pasamos una hora buscando, pero no vimos más. Al menos, disfrutamos del bosque que estaba húmedo y salpicado de colores, que ya era hora.
Setas varias, de toda clase y color.
Algún lactarius deliciosus despistado.
Incluso restos del Cretácico: aquí puede apreciarse el cráneo de un Tiranosaurus Rex, casi seguro estoy de ello.
Pues para terminar de rematar la etapa(?), al llegar al USS Enterprise, Mister Spock (le queda cojonudo, a que sí) se dió cuenta de que había perdido (¡chúpate esa!) la navaja setera. Pista p'arriba otra vez, rato largo buscando y esta vez no pudo ser.

El que la encuentre, que la disfrute.

Dejo aquí espacio para que el otro grupo sherpa, que ha hecho esta mañana una etapa más seria y sin embargo menos fructífera micológicamente hablando, cuelgue alguna foto en la que se vea al sherpa-Xomin enseñando las canillas, que me han comentado que tenía mucho calor esta mañana debido a un microclima extraño en la Majada Hambrienta.

Kala, ¿¿¿¿qué te ha pasauuuu????

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Anotación en el cuaderno de bitácora.
Hora estelar 20:55:

He procedido a cortar longitudinalmente y a un grosor de como medio centímetro el espécimen capturado esta mañana. Desoyendo sus gritos y súplicas, derechito a la sartén. Vuelta y vuelta con aceite de oliva virgen ligeramente aromatizado con ajo. Al sacarlo, salpicado cuidadosamente con sal maldon.

9'5 sobre 10.

Vasito piquenio de rioja.

Posteriormente, unos taquitos reservados han sido depositados aleatoriamente sobre la clara de un huevo gordo friéndose. La yema, reservada al efecto, ha sido depositada sobre el conjunto, con más taquitos, justo antes de ser retirado. Su poquito de sal.

Otro 9'5 sobre 10.

Tengo hambre.

El plato de mi señora, que el mío ya me lo había tomado.

4 comentarios:

  1. Maldito seas....... estoy sin cenar, y me tienes aqui babeando delante de la pantalla. Oye al final que hacemos de la quedada de NAVA???

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  2. Yo sí que me apunto. Además, ahora mismo.
    Los demás sherpas, seguidnos. Tenéis un enlace a la página donde apuntarse en la entrada anterior de este blog.

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  3. Ya estoy apuntado y confirmado.
    Superminipímer, o como te llames, estás babeando porque quieres. Te he invitado esta tarde y has preferido irte con la parienta, lo cual me parece muy bien y de muy buen gusto, pero no te quejes, Superminipímer o lo que sea.

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  4. Que guuenaa pinta tienen jodio!!!.

    El sabado por la mañana me subi a la Gallega corriendo no muy abrigado y coji frio en la espalda,por ese motivo me quede en casa calentito el domingo y rezando lo poco que se para que pasaseis !!mucho pero que mucho frio JAJAJA---JEJEJEJE!!

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.