domingo, 3 de febrero de 2019

Nieve fresca y croquetas

Más de sesenta fotos. Aprovechando que la sherpería está colaboradora, cuelgo esta entrada con las fotos del guasap que, al no mantener la hora del archivo original, me ha costado un montón organizar cronológicamente. Pero creo que, más o menos, lo he conseguido.

Comenzamos superando unas cuantas placas de hielo traidoras en el carril bici para, al desviarnos en Robledo, dar comienzo a la diversión. Un poquito de cuesta de Valparaíso hasta la pértiga de la pista de la Cruz de la Gallega. Si normalmente es dura, con nieve ya nos deja las piernecillas bien calentitas cuando llegamos arriba.








En la puerta, las primeras reparaciones. También comienza a sobrar la ropa, aunque los tubos de las camels estaban ya helados.







Soleada Cruz de la Gallega. La nieve está perfecta en la pista. Tras dejar Domingo unos crípticos mensajes en la nieve, todos juntitos para arriba.




 
Nadie, salvo un andarín, había pasado por allí.


Observando la subida por el Camino de Santiago, vemos que se puede. Y como podemos, tiramos contentos.























Pero vemos que ni a la Camorca ni a la Camorquilla. Damos la vuelta y avanzamos para evitar que se diga que nos hemos retirado. Es un poco más adelante cuando hago la primera croqueta de la mañana. Por supuesto, sobre el hombro derecho, lo que me sirve para confirmar que está completamente recuperado.




Decidimos (Domingo decide) bajar por un desvío a la izquierda, que la nieve está rica.



Me coloco estratégicamente para pasar lista con el móvil.








Peculiar estilo el de J. R.




Siguiente subida: Alto del Pájaro. J.R. nos reta a una carrera bajando la laderita nevada que bajamos despendolados el año pasado. Nosotros recogemos el guante que nos ha lanzado insolentemente Rueda.




Nervios en la salida...



 

No hay fotos del resultado, estábamos en plena competición, pero he de decir que sorprendentemente y contra todo pronóstico, J. R. ganó la carrera. Veremos si prosperan las alegaciones. Parece ser que al dar la salida de tres, dos, uno y cero, en en "tres" ya estaba saliendo.

En la salida del cerro, segunda croqueta. Dejo a la intuición del despierto lector que apueste sobre qué hombro caí. Pista: el que me disloqué es el derecho ;)

Después de la bajada toca subir a Cabeza Gatos, por orden de la superioridad.






No más fotos. Salida por detrás de Cabeza Gatos (pocos la conocerán) y senda de las Hojas (no confundir con la cercana de las Mil Hojas). Tenemos que poner todos los sentidos en la técnica y exigente senda hasta desembocar en la base de la Cuestona y ya, al Camino de los Tanques.

Allí, con el viento en contra, para compensar, nos ponemos a darle a los pedales como si nos persiguiera un cambroño (*)

(*) Además de un arbusto, el cambroño es un mítico animal sherpa de sonorísimo y sugerentérrimo nombre, alimaña inmunda, con la que no quisieras encontrarte cuando deambulas de noche por el bosque. Se alimenta de niños y de gominolas de colores.Tiene un peculiar canto de apareamiento que te hiela la sangre. Suerte que sólo se aparea en año olímpico, y con el cambio climático, incluso menos.



Ya habíamos cerrado la redacción cuando tuvimos que poner en marcha las máquinas de nuevo pues nos llegaron las fotos de Chomin. Dado su alto valor testimonial, documental, las incluímos en este anexo:

Las fotos de Chomin dan más frío que las de los demás.
Este primero, aunque lo parezca, no es un cambroño.
 











1 comentario:

  1. Madre mía!!!
    Aunque la nieve esté "perfecta" como bien dices....es que hay que ciclarla!!!
    Con lo que cuesta!!
    P.D. "ése hombro ya está curtido!"

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.