miércoles, 4 de junio de 2014

La mejor forma de rematar un martes

A este servidor de ustedes le dan una bici del 2006 y una camareja de fotejos y es el sherpa más feliz del mundo mundial. ¡Vaya tarde que he pasado dando volteretas aleatorias por el bosque! Bueno, la verdad es que el equipo lo completaba un bocata de foie-gras (el alimento de los que éramos mozalbetes en los gloriosos 70) y un plátano de canarias madurito como a mí me gustan.

La temperatura era espectacularmente buena y adecuada para la práctica del globerísimo deporte de investigación sherpa. Y, aunque las trochas que he re-recorrido esta tarde son de lo más conocidos por la sherpería y por la mayoría de las tribus que proliferan ultimamente por Segovia-city, el hecho de que los senderos que estaban en mi cabeza coincidieran (!!!) con las del bosque-real, hace que todavía no salga de mi ojiplático asombro. Y que conste que desde que el atleti ganó la liga, pocas cosas hay que ya puedan sorprenderme.

Por ejemplo, para llegar a la Fuente del Chotete (véase la foto de más abajo) he salido a Tobarejos sin pisar metro alguno de asfalto desde el Pontón. Y lo que causará más confusión, extrañeza, incluso admiración entre la sherpería: hilando senderos a propósito y sin perderme en (casi) ningún momento. ¡Tiembla Chomin!


Desde el Chotete llegué sin dificultad hasta Dos Cabañas. "¡Pero si es to-tieso!", me diréis. "Sí" respondo yo, "pero en situaciones más sencillas me he perdido". Sin ir más lejos, hace un par de semanas os prometo que me despisté bajando desde Tobarejos por la cacera y no sé cómo llegué abajo, al asfalto. O más: todavía no me explico lo juro por Snoopy cómo llegué a perder la pista el año pasado bajando desde Malagosto hasta el chozo de un kilómetro más abajo... ¡que está en la mismísima pista!


Dos Cabañas, veintitantos grados y ni un alma. En el paraíso sobraban los insectos.

Selfie-shadow, nueva moda
Primer reto de la tarde: el cuestarraco este que tanto nos gusta, ya esté embarrado, esté seco y suelto, cubierto de 30 centímetros de nieve o de puritito hielo. Hacía muuuucho que no me lo ventilaba de un tirón y sin poner un pie. Claro, que las condiciones eran ideales: terreno compacto, temperatura ideal y, sobre todo, ningún testigo que me pudiera llevar la contraria, jeje.

Los pinos me han quedado algo sicodélicos, ¿no?
Felices como lombrices, la Spe y yo vamos a dar al Salto del Corzo. Cualquiera que hubiese querido habría seguido mi rastro fácilmente por los goterones que, metro a metro, iba dejando.


Medio litro más tarde llegaba a la fuente del Raso del Pino, donde dí buena cuenta del fuagrás ese del que ya os he hablado antes: Apis, Mina o La Piara, la verdad es que cualquier cosa que no sea corcho sabe a gloria en un lugar como este.



Y con esta foto daba el último mordico. ¡Hala, p'abajo!


Siguiendo desde el asfalto un marcadísimo sendero (¿dónde estaba el mes pasado?) llegué sin dificultades al Mirador del Cerro del Moño de la Tía Andrea, por debajo de la Silla del Rey. Iba a llamar a Pedro para que me saludara desde su casa, pero resulta que el móvil estaba solo para llamadas de emergencia. Y saludar a Periko, aunque cosa importante, no era una emergencia.


Y como todavía me acuerdo del terror de llegar a la foto 37 de los carretes clásicos (¡snif...!), en lo que pueda, me tomo la revancha de todas esas frustrantes ocasiones y tiro fotos como si la cámara fuera una metralleta Thompson; pero qué os voy a contar, que ya me comocéis...


Solo paré cuando el dedo se me cayó al suelo. Comprendí entonces que había llegado la hora de bajar. Y lo hice por las recurvillas esas malitas que, por cierto, me había subido con la lengua fuera quince días antes, una tarde considerablemente más fresca y desapacible. Y bajando se nota más lo descarnado y peligroso que está el terreno en algunas zonas por los surcos que ha abierto el agua este pasado invierno. Con las prisas, además, me había dejado las gafas y bajaba pelín inseguro. Veía las piedras y los surcos, sí. Pero los relieves y volúmenes del terreno... malamente.


En la fuente de las Tres Varas a punto estuve de prepararme un entrecot tiernecito, pero esa mirada me hizo recordar a Bambi y no pude llevar a cabo mis planes.


Me tuve que conformar con agua fresquita y el plátano famoso.


A estas alturas, la cámara ya disparaba sola.

 
¡Anda que no han tenido que tomar sardinas en Valsaín para tanta fuente que hay!
Y lo mejor de la bajada, aparte del continuo enlazar sendero con sendero como una cosa tonta, fue que la temperatura se mantuvo y que este sherpa iba a terminar la etapa de manga corta... ¡¡por fin!!


Más senderos. Y más bajadas disfrutonas. La única pega es que, como no llevo gafas, tengo que ponerme en modo japonés, más que nada por los puñeteros mosquitos.


Y como lo bueno no es eterno, por muchas vueltas que dé y por mucho que trate de retrasarlo, al final llego al Pontón.


Minetras, la Olympus a lo suyo, que no hay quien la pare...


Pañalara aún conserva algunas manchitas. ¡Cómo se tiene que estar en el chozo una tarde de diario con un bocata de tortilla! Pero... ¡aparta de mí estas tentaciones, Satanás!


Al final, en casa me espera uno de los premios. Así, el miércoles se puede afrontar con todas las garantías.


Os reto, sherpas, a que me digáis qué otra cosa se puede hacer con los pantalones puestos, que sea más placentera. (Y no vale una chuleta de Etxebarri, Ignacio, que la carne es pecado)

6 comentarios:

  1. ¿Cocochas en Elkano?
    Por cierto, que poca consideración para con los que estamos ahora estudiando...

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  2. Pos un servidor se hizo un Hontoria, Revenga, cañada, camino los tanques... eso sí con Topo atado al pedal (voy a patentar esta forma de llevar al perro).
    Si sé que andas por ahí te habríamos pedido un poco de bocata.
    Irep (je¡¡ aquí no sale) estudia y deja de perder el tiempo leyendo estas cosas perniciosas.

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  3. Si lo comparas con el camino de Yanguas, debiste de disfrutar un montón con Topo por la cañada, jeje.

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  4. Que "gozada" salir a dar unos pedales por la tarde.... tranquilamente.... y.... ¡¡SIN NADIE!!
    El paraíso!!!!!!
    Yo, haber si me escapo mañana jueves....

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  5. ¡No me digas que todavía no has podido resarcirte del domingo!

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