jueves, 25 de abril de 2013

Sherpa en campo de berenjenas

Si a Peter Parker la araña radiactiva que le  picó le otorgó el sentido arácnido que le convirtió en Spiderman, el escarabajo pelotero que nos picó a todos y cada uno de los sherpas (exceptuando a Chomin, claro) nos privó de dos de los sentidos más importantes: el común y el de la orientación.

Ayer salí intentando aprovechar una bonita tarde, un tanto estropeada por el feo viento en contra que soplaba en el carril bici y que hizo que me costara el triple de lo normal llegar hasta el Eresma, que estaba glorioso como véis.


Disfrutando del sufrimiento, llegué a la fuente del Chotete. Eso ya suponía un premio para mí. Al llegar saqué un bocadillo-sorpresa que me había hecho Mario, mi chico pequeño. Acompañado con el agua de la fuente, me supo a gloria.



El viento no se sentía en el bosque. Con el molinillo puesto y sudando la gota gorda afronté las cuestecillas que llevan al Salto del Corzo. No sé qué tienen, que tensan los riñones cosa mala.


Me distraje un montón de veces mirando más allá de los pinos. Eso, ya sabéis, es un buen truco para diluír el sufrimiento. La luz de la tarde y el paisaje eran un regalo. Yo juraría que allí abajo antes no había ningún río; y ahora parecía el Orinoco.


Tenía pensado subir por la pista de asfalto hasta la curva en la que cruza el arroyo de la Chorranca, y bajar por la cascada. Pero notaba a la Spe un tanto inquieta, como con ganas...


A unos quinientos metros de donde os digo, aparece a la derecha del camino la cabecera de una senda. Y es aquí donde la Spe, sin previo aviso, giró a la derecha. Os aseguro que nada pude hacer. La bici adquirió voluntad propia y la llamada de la selva, junto a la carencia de los dos sentidos que antes os he comentado, hicieron el resto: ¡¡¡haaaaala, to-p'abajoooo...!!! Unos cien metros más abajo se me aparecía un paisaje no demasiado diferente de la idea del Paraiso que tenemos los sherpas.


Atolondrado por algo parecido al síndrome de Stendhal (versión sherpa), me dejé llevar sin ver que por allí ya no había camino ni nada que se le pareciera. Hacía tanto tiempo, que no reconocí los síntomas y, despreocupado, y sin pensar en la pata de palo, me lancé a lo desconocido (y cada vez, por cierto, más inclinado).


Abajo se oía la Chorranca (suponía yo). Pero muy abajo, para ser precisos. Y os aseguro que esas pendientes no son lo mejor para mi rodilla. Al final fueron unos novecientos metros; al final la rodilla flaqueaba y los cuádriceps me ardían, ya conocéis la sensación, supongo. Al menos 500 metros los bajé descabalgado (no lo reconoceré en público; que quede entre nosotros).


No lo pasé bien, os lo aseguro. ¡En menudo berenjenal me había metido yo solito! Y eso que había salido con la idea de pedalear tranquilamente para ir acumulando kilómetros. Pero un sherpa insensato siempre será un sherpa insensato. Enlacé con la senda algo más abajo de la cascada de la Chorranca, en esta otra cascada que hoy estaba rugiente y espectacular.


Como penitencia(?) me impuse volver por el cerro del Puerco. ¡Y vaya espectáculo! Para probar la rodilla, algo más relajada ya, subí sin echar pie a tierra la cuestecilla que sube desde el Juego de Bolos hasta el Puerco. Pero la subí mirando más para atrás que hacia delante, de lo bonito que estaba el bosque inundado de la luz rasante del atardecer, que ya eran las ocho y media.


Delante, el contraluz no era menos espectacular.


Y arriba se estaba tan bien que podría haberme quedado hasta el anochecer, disfrutando de la soledad, la luz, la temperatura...


Pero me estaba entrando hambre. ¡Qué prosaico!




El rodar hasta Segovia fue con el viento a favor y el sol en la cara. Habrá que aprovechar, que parece que el fin de semana se nos va a estropear.


Al llegar a casa, sesión doble de crioterapia y listo.

Y las previsiones para Ponferrada, por cierto, "impeorables": lluvia, viento y frío; para no romper con la tradición. Un clásico.

8 comentarios:

  1. Ole tus huevos, no querías meterte en senderos y ahora vas y te metes campo através y encima por ese sitio super-escarpado, y solo!!
    Ya sé donde es, si te caes, llegas rodando hasta la cascada. Recuérdame que te de cuatrocientas collejas cuando te vea, inconscienteeeee!!

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  2. ¡¡¡Que fotos mas bonitas haces!!!
    Serás un ¿inconsciente? pero eres un ¡artista!
    Un besazo!!!!

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  3. Gracias Toñi. Yendo solo y despacio es más fácil, jejeje...

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  4. Tioestasmuymaldelotuyo.

    Cuidate...

    PD: el domingo ¿nieve?!!!!

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  5. Muy bonito el reportaje, pequeño hermano Berenjeno. Te voy a inyectar un GPS en la zona del hipocampo, donde te haya quedado espacio por alguna función disminuida. A disfrutar

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  6. Muy bonito el reportaje, pequeño hermano Berenjeno. Te voy a inyectar un GPS en la zona del hipocampo, donde te haya quedado espacio por alguna función disminuida. A disfrutar

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  7. Me haré taxista en London, que dicen que desarrolla el hipocampo considerablemente.

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.