lunes, 13 de agosto de 2012

Domesticando la Talus

Varios factores hicieron que se quedaran en tierra, para esta etapa tan señalada -¡y mira que lo siento!-, el sherpa-Ete y Sherpol: La utilización de una tecnología que se está quedando obsoleta a pasos agigantados, como es el reloj de arena; el hecho de que yo me dejara el móvil en silencio; la necesidad de salir a la hora porque el tiempo era el justito; la no confirmación definitiva de la asistencia al magno evento ("si no me acuesto taaaaarrrrde... pueeeeede que yo vaaaaaya...")


N del A: En honor a la verdad, tengo que decir que Pablo que había confirmado su asistencia vía güaspa. (Digo confirmado, Ete)

Alberto, que tampoco lo tenía demasiado claro la noche anterior, porque llegaba de la playita en el AVE a unas horas un poco malitas, estaba allí y es testigo de que a las 9 en punto estábamos los dos en el Pastor. En fin, otra vez os llevamos a recorrer la Talus, sherpas.

Al que rescatamos por los pelos (¿pelos, digo?), es al sherpa-Chomin, convertido últimamente en algo así como una especie de sherpa-Llanero-Solitario, si no fuera porque "llanero" no es precisamente lo que más le cuadra. El caso es que el azar quiso que coincidiéramos en la Fuente de la Reina, con lo que el dúo de dos se convirtió en un trío de tres, cosas de las matemáticas.

Pedaleando por enicima de la Casa Eraso (Casarás)
El sol era implacable (¡diez minutos he estado buscando el epíteto!), pero la temperatura había mejorado bastante en comparación a las agobiantes jornadas anteriores, menos mal. Así, a un ritmo medio, llegamos a la Fuenfría con suiza puntualidad: Jorge, que había subido desde Cerce por el Camino Viejo, llevaba allí unos quince segundos, según nos dijo.

Al iniciar la senda de los Cospes intentamos coger algo de agua en la fuente de la Fuenfría. Pero ni fría, ni ná; que solo caían gotas. Agosto comienza a hacer estragos en las reservas hídricas de nuestra sierra, y parece que el cerro Ventoso está dejando de sudar su precioso líquido.

El que ha dejado ese vaso allí, podría habérselo... (termina la frase tú mismo)
El camino Schmid fue bastante intenso. No había tantos andarines como  nos esperábamos y lo hicimos bastante rapiditos, pasando son más suerte que habilidad algunas de las dificultades técnicas que los amables remodeladores de la senda nos habían planteado, hasta que en un descuido (aún no me acostumbro del todo a las gafas fraduadas al enfocar la visión de cerca) tuve una dolorosa descabalgada. Golpe seco y duro en la rodilla que me dejo literalmente sin fuerzas en dicha parte de mi anatomía humana durante unos minutejos.

El incidente hizo que Chomin, ignorante de los que había ocurrido pues va con orejeras, desapareciera en la lejanía y nos tuviera que esperar en la fuente del Camino Schmid.


Ésta sí que tenía un chorrete importante, con unas cualidades reparadoras que para qué os voy a contar. Fresquita y rica. Los dolores ya habían desaparecido... ¡pero no iban a ser los últimos del día!


El resto de la tropa, terminando el breve refrigerio, que tampoco nos sobraba el tiempo para tomarnos demasiados descansos.


Foto bajando al puerto, cuyos alrededores estaban plagados de paseantes. Poca gente veríamos a partir de este punto: solo una pareja de despistados andarines remontaba la pista, casi ya en Navacerrada. Nadie más.


Al principio de la pista, paramos para esperar a Domingo, que se había quedado más arriba.


Lo que le pasaba es que estaba revisando los frenos. El trasero no le funcionaba; apretaba la maneta y se hundía hasta el fondo. Como pastillas sí que tenía, me temo que tendrá que hacer uu buen purgado más pronto que tarde.


Los que ya le conocéis, no os sorprenderéis que el asunto no supuso el más mínimo contratiempo para nuestro querido sherpa. Es más: Todos sabemos que "a menos freno, mayor velocidad de bajada". Física elemental. Primera Ley de Dinámica del Sherpa Loco.


De la pista, deciros que es casi tan dura de bajada como de subida, con un montón de trampas ante las que tenemos que mantener una constante tensión y vigilancia. En la foto se ve una parte en la que la vegetación de hace densa. Ya os conté que, subiendo, me caí en un enganchón pero, las mismas paredes de arbustos me sostuvieron sobre la bici sin tener que echar pie a tierra.


Creo que es en esta foto de Jorge cuando aparezco retomando el camino después de un revolcón interesante: Alberto, que iba detrás, se asustó un poco. Lo cierto es que no tengo ni idea de por qué me caí, pero, repentinamente, salí ladera abajo unos ocho metros, después de un salto carpado con un par de volteretas y tirabuzón. Fue una de esas caídas suertudas, pues noté cómo la camel amortiguaba el golpe de mi esparda contra algo duro ¡ufff...! Fui puntuado no muy generosamente con un 9, pues considero que, por la dificultad técnica, me habría merecido no menos de un 9'5.


Que un servidor salga por las orejas de su Spe puede no ser significativo en absoluto de la dificultad de una senda. Pero para que veáis que no es broma, en la foto de abajo se ve a Alberto intentando rescatar al mismísimo Chomin después de una caída parecida a la que había tenido yo poco antes. Si el que se cae es Chomin, eso quiere decir que hay que andarse con cuidadito.

La rueda de la Yeti asoma entre el follaje que se había tragado a Chomin

Pero los sherpas sabemos y aceptamos, con orejas gachas, que todos estos incidentes son el peaje que nos hace pagar una senda indómita y salvaje por ser domesticada. En realidad y en el fondo, es cariño puro de la Talus hacia nosotros, y señal de que nos recibe con los brazos abiertos, maternal y cariñosa.

Jorge me hizo foto mientras yo les hacía la anterior
El resto de la bajada la hice desconfiadillo, casi-prudente y con cien ojos. Viendo la foto se aprecia mi impecable técnica, lengua fuera denotando concentración total: ¡No entiendo cómo me caí, joerrrrr!


Atravesada ya la ladera del Alto del Telégrafo y entre la senda Herreros y la vía del tren que sube a Cotos, rebasado ya el arroyo de Matasalgado, nos detenemos a observar el paisaje y a echar un poquito de agua en alguna de las heridillas que no dejaban de sangrar del todo.



Cada vez semos más pofresionales posando ¿u no?
En la foto de Jorge se ve un tramito de bajada un tanto suelta. Habrá que hacer otra incursión cuando el terreno esté más asentado por las primeras lluvias del otoño, y también para traer a los sherpas que hoy no han venido.


Otra parte, no tan fácil como pueda parecer a primera vista.


Y, aunque no lo parezca, era necesario bajarse en algún que otro sitio. Ya estábamos llegando al Mirador de la Mina, penúltima parada antes de llegar a Cerce, que la última iba a ser el apeadero de Siete Picos.


Encontramos estos restos de algún extraño ritual en el mirador. ¿Budú, quizás? Contra los sherpas no funcionó (al menos, completamente, jeje)



Y esta es la foto oficial del acto de toma de posesión de los territorios ultramontanos de la Senda Talus por nuestra parte y en nombre del Sherpa Loco. Ojito. Que ahora nadie venga diciendo que "yo ya la conocía, que tal y que cual" o que se les había olvidado poner el nombre en el mapa por un descuido, que el cartógrafo se había ido a tomar un café o qué sé yo.


Próximamente, cualquier cartografía seria se tendrá que parecer a esto:


Seis de los Siete Picos. Por detrás de ellos habíamos pasado hacía un rato.


En nuestro afán de civilizar estos territorios y hacerlos más transitables, no escatimamos energías ni reparamos en esfuerzos. Aquí vemos, -por poner un ejemplo-, cómo Alberto ensancha el (antes) angosto paso entre dos rocas, haciéndolo ciclable. (Hoy estará pidiendo hora para operarse de la hernia)


Y el tubo... ¿recordáis el tubo en la subida? Pues en la bajada es igual de divertidamente puñetero: pendientísimo, sueltísimo y reviradísimo. Totalmente "ísimo" el cabrón de él. Al bajarlo, la bici va por sonde quiere y a la velocidad que le da la gana. Te relajas, te dejas llevar y, cuando llegas a la parte final, frenas si aún estás encima de la bici, después de haber visto imágenes de toda tu vida resumidas en treinta segundos que dura la atracción.

Relax total en el apeadero de Siete Picos. Idílico lugar, paraiso de reposo sherpa, en el que las pulsaciones se van recuperando poco a poco.


No hay muchas más fotos. Pongo, sin embargo, ésta, por ser rara avis: ¡Una foto en la que se aprecia la pendiente! Haced clic y veréis que es cierto, que se nota la puñetera inclinación de la pendiente que, por otra parte, era fácilita y llevadera en comparación con alguna de las que en la etapa de este día habíamos pasado.


Diez minutos nos sobraron, y sabiamente los invertimos en una reparadora cervecita. Jorge, al coche; nosotros, al tren. Y todos, con la satisfacción del deber cumplido, y con unos cuandos cortes, arañazos y moretones (hoy he descubierto alguno más) adornando nuestros castigados cuerpecillos. Que también las zarzas que abundan en la parte final del recorrido nos tienen un cariño que pa qué.

Jorge, con primor, nos ha preparado este vídeo-vérité, intitulado Onli a Daungil, aunque pierde un poco al poner en la cabecera a ese bisssho-raroraro:


Más y mejor en próximas entregas de...

¡EL SHERPA LOCO!

6 comentarios:

  1. (Gracias, Malú, por ayudarme con los errores)

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  2. Jajajajajajajaja, vaya descojono con el mapita!!!. todo empezó con güasa y casshondeo y me veo poniendo una oficina de turismo en Cercedilla,,,jajaja. A rivalizar con el Whistler!!.Pronto los descenders nos la despejarán y ya no terminaremos llenos de mataduras,,jajaja..

    La bajada desde el primer mirador, o bien, una vez pasado el Arroyo Matasalgado hasta Cercedilla es una verdadera pasada, de lo mejorcito de la zona, todo sendero, larguísimo y muy rápido, y sin gente. El problema es la zona de la Helechosa, hasta el arroyo, es agreste y salvaje la jodía.

    La próxima vez que os apetezca bajar a Cercedilla hacemos esa que os conté y que tenemos por descubrir, desde la Pradera de Siete Picos al embalse de Navalmedio. Ya estoy trasteando en eso, pero creo que será bastante más complicada.

    A ver si esta semana hacemos una nocturna, no?
    Y que alguien nos lleve al Pto. de Navafría!!

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  3. Recomendaciones para ver el vídeo mejor: en Vimeo, con la ventana pequeña y a 1,5m de distancia de la pantalla.

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  4. Uffffffffffffffff
    ¡¡LA LECHE!!
    La crónica ¡¡genial!! y el vídeo.... ¡¡te quita la respiración!! Así, de golpe!!!
    ¿Senda?
    Éso no es una senda... es un suicidio!!! jajjajajjjajj
    Yo hubiara perdido el tren. ¡¡FIJO!!
    De intentar bajar.... quemaría los frenos.... jjjajjajja
    BESTIAL!!!!!!!!
    La próxima vez que os vea, os pido unos autógrafos!!!!!

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  5. Muy buena ruta! Me gustaría hacerla en breve pq pinta muy chula!
    Yo estuve por la silla del Rey y alrededores de pateo con la familia. Igualmente hubo buena bajada, to de frente desde la cima a la fuente Chotete... POr cierto! casi se ahoga el perro de mi hermana en una poza en 2 cabañas, me tocó meterme (hasta la cintura) a rescatarle. Recomiendo a dueños de buldog Francés no meterles mucho al agua (este jodío es la segunda vez q casi se queda!) Lucas como siempre una máquina, se quedó con ganas de mas.

    NOTA. VIERNES subiré a pájaros en bici por pluviómetros, por si alguno se anima! Creo q Juan si! a las 9.00 en la puerta de Parque!

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