La bella y las bestias

Viendo los asistentes en la foto de abajo, está claro el porqué del título, y quién es quién. Pero, para que conste, de izquierda a derecha están: Ignacio, Natacha, Mario, Javier y Joaquín. Detrás de la cámara había otro, pero no se puso.

Seis bikers, seis, relativamente bien presentaos, para una mañana nublada pero con buena temperatura, que anuncia una primavera que seguramente será ubérrima, sea lo que sea eso de "ubérrima". Pongo la foto del Pontón para que vea nuestro amigo Jorge lo lleno que está, que parece mentira que hace nada lo pasáramos por ahí mismito, por donde parece que cubre tanto.

Tan contentos íbamos que la subida asfaltil se nos hizo corta, hablando e intercambiando pareceres y sucedidos, que hacía mucho que no pedaleábamos juntos. Bueno, en realidad los que más hablaban eran Mario y Javi, cómo no, que son los que más fuerzas (juveniles) tienen.

Hay que decir que Natacha subió como una jabata, y más, teniendo en cuenta la actitud poco galante (ya no quedan caballeros) de Rocinante, que la deja la bici de un quintal, mientras él sube con la Cannon-peso-pluma. Por cierto, qué bien me vendría la Cannon manca, con su lefty (en una talla más), para los "barros peregrinos"... Poned unas velas a San Germán, que la semana que viene a estas mismas horas estaremos como los calamares de los famosos bocatas que nos tomamos en el tren de vuelta aquel año: rebozados, chorreantes y fríos.

El niño-Javi, que se aburría, se hizo media taquicárdica a una rueda. Yo, mientras, le hice varias fotos también a una rueda, pero para darle más emoción, en mi caso fue sobre la delantera, que se me da mejor ;)))

Mirad qué chulo bajaba el arroyo de las Quebradas, daba gusto verlo. El lunes subí por aquí y estaba completamente cubierto de nieve.

En Prado Redondillo nos separamos después de egañar el hambre con lo que llevábamos en las mochilas. Mientras, Mario, Ignacio y yo decidimos continuar, Ete, Rocinante y Natacha optan por darse la vuelta. Ete tenía que estar pronto (esta vez sí).

El trecho que quedaba hasta Majarrompe lo hicimos a un ritmo vivillo. Mario y yo oíamos un "¡cambrioneeees!" o algo parecido, emitido por una voz jadeante a nuestras espaldas.

En Majarrompe, el dueño de esa voz se puso en la foto.

Fauna y flora silvestre. Sherpa rampante ante serbal

En contra de todas las apuestas, encontramos a la primera el sendero que va hasta la fuente de la Charca de la Rana. Mario, que no lo conocía, disfrutó como un enano. Como buena acción del día, nos paramos un momentín para realizar trabajos forestales no remunerados, que los sherpas semos asín.

En la fuente, el sherpa-Sherpa nos obsequia con unas florituras. Gallardía, donosura y donaire son tres palabros que no cuadran en absoluto con la imagen aquí abajo.

Uno de los muchos acebos que hay en los alrededores.

Desde aquí hasta el Eresma, el camino cambia. Se hace ancho, revirado, peraltado y divertido. Aquí Mario nos dejó atrás a las primeras de cambio, bajando como una verdadera bala. Luego dicen que los sherpas tenemos peligro; si llegáis a ver los brincos y chingoletas que daba Mario con la bici...

Abajo, seguimos el curso del Eresma. Primero por la derecha y, desde el puente de Navalacarreta, por la izquierda.

¡Hay que ver cómo dejan las bicis todo!

Un par de fotos atravesando la Chorranca, unos metros antes de desembocar en el Eresma. Viene crecidita, pero la temperatura de hoy permitía atravesarla sin el canguis de estos días pasados.

 Mario entra un poquito más agresivo.

Estaba tan contento que disfrutó... ¡hasta en el carril bici!

Mientras, yo me pongo a estudiar estas fotos con detenimiento, que el sherpa-Rocinante me ha suspendido en la asignatura trimestral "Caballitos y Mariconás a una rueda" y me ha dejado para septiembre. Por mucho que me aplique, mepaiceamíque...

Total: casi 50 kilómetros muy agradables... ¡y a la 1 en casa!

Si la semana que viene ningún sherpa se pone a la labor de escribir la crónica de lo que hagan, tendréis que esperar, pacientes lectores, a que tenga rematada la correspondiente a la tercera edición de la 101 Peregrinos.

Eso, si me quedan fuerzas...

Fotos de la etapa aquí.