Fuente de los Endrinicales (y ezo qué-é lo que-é)

Debido a la 1ª Carrera Monumental Ciudad de Segovia hoy al salir de casa sí que me he encontrado gente por la calle, que otros domingos a estas horas (y más, con este frío) no se suele ver a nadie.

El sherpa-Periko era uno de los participantes (136 PEDRO DÍEZ MAESTRO 0:41:08). Él se había venido desde La Granja a Segovia, y nosotros (Chomin, Ete y yo) íbamos a hacer el recorrido contrario, en principio, a ver si podíamos subir hasta la Chorranca.

Dando las primeras pedaladas por el Pontón nos dábamos cuenta de que iba a estar complicado, pues debajo de una fina capa de nieve había otra de puritito hielo. Acelerar, frenar o simplemente respirar un poco más fuerte de lo normal, suponían peligro de caída.

Mirad estas placas de hielo. Tenían más de 10 cms de grosor.

Si al salir de Segovia la temperatura era de -4º C, aquí no hacía mejor a pesar del sol.

La cola del pantano era un lujo para la vista; pero tanta nieve y tanta claridad hacía que no pudiera ver bien en el visor de la cámara. Más que otra cosa, intuía las fotos y disparaba al tuntún. Benditas cámaras digitales.

Mirad que textura tan espectacular tenía la nieve, copos de metro y medio de diámetro.

"¡Behind the musgo!"

No estaba el terreno fácil, pero tiramos por la antigua Fabrica de Luz de Santa Isabel. ¡Tiene que haber una corriente ahí dentro! Como para haber pasado la noche...

Y visitamos el jacuzzi; pero no nos apetecía demasiado un remojón.

Así que solo echamos un vistazo y ya está. Otra cosa hubiera sido que nos hubiéramos acordado de echar el bañador (Turbo, por supuesto).

Un rato de trabajoso pedaleo por nieve incómoda y traidora nos condujo por La Cruz de la Pasión, que así se llaman estos lugares, hasta la pista en la que la nieve estaba bastante más "potable".

Aquí la nieve caía, pero era nieve arrancada por el viento de los pinos. Subíamos en dirección a la Silla del Rey y sobre el hielo la nieve estaba pisada, lo cual nos facilitaba bastante la tarea.

Retrato a Ete sin que se dé cuenta. Hoy he trabajado bastante el equilibrio haciendo fotos (o algo parecido) mientras pedaleaba.

Al llegar a Tobarejos vemos que seguir es imposible. Las huellas que nos han permitido subir giran a la derecha, así que tomamos esa dirección. La Chorranca va a tener que esperar.

Chomin se sujeta el hombro malo con velcro.

Antes de llegar a la Fuente de las Tres Varas nos desviamos a la derecha. Debajo de la nieve había un sendero. Creo. Lo malo es que a veces la nieve no es ciclable, pero no hay nada que nos permita distinguir visualmente qué tramo es ciclable o no. Por aquí, el grosor de la capa era fácilmente de 15 cms, a veces más.

Aquí vemos a Chomin dando rienda suelta a su vena artística. No sé que guarrerida tenía en la cabeza, pero el caso es que tengo la foto del resultado y no me da la gana de ponerla.

A partir de aquí, nos abandonamos al gepese interno del sherpa-Chomin que nos guió sin la más mínima duda. Me creeréis sin el más mínimo esfuerzo si os digo que sería incapaz de repetir el recorrido.

La verdad es que la primera parte sí que me sonaba. Con mucho más blanco de lo normal... pero me sonaba. En este paso cayó Domingo en la trampa. El hielo cedió a su paso cuando puso su peso.

Esta cuesta está un poquillo antes de salir a la pista de la Cueva del Monje. Solo que en estas condiciones está algo más jorobada que de costumbre.

¡Coño, unos tíos en bici!, exclamaba para sí este señor, mejor equipado y mucho más adaptado al terreno que nosotros.

Ya en la pista, remontamos un trecho buscando la bajada a la Fuente del Ratón, que a eso sí que llego, aún sin gepese.

La bajada estaba chuli, que diría Ralph. Nieve en polvo apropiada para una bajadilla controlada y no lenta.

Los sherpas tuvieron la gentileza de dejarme bajar primero para hacer unas fotos con tranquilidad.

Y en un descuido, zas, va Ete y me hace una foto. Aquí la cacera, aquí un sherpa.

 Y como Chomin no duda, le seguimos como lider que es. Él nos decía dónde estábamos, y nosotros le creíamos, aunque en esos momentos circulásemos por medio de ningún sitio.

 

Pero al final salimos donde nos había dicho.

Este búnker yo no lo conocía. Está en los depósitos que hay por encima del CENEAM.

 

Vista de Matabueyes. Con un buen tele veríamos a la vigilante tomando el sol en top-less, pero ésto es lo que hay.

Aquí las trincheras están con sacos terreros y tó. S'hanpasao restaurando ¿no?.

Y la novedad del día. La Fuente de los "Endrinicales" (¿alguien sabe qué leches es eso?). Dice Domingo que está recién hecha y, aunque aún no lo he mirado, creo que no viene en el libro de las fuentes.

N. del A.: acabo de encontrar ésto. Fue inaugurada el 22 de octubre pasado.

El consabido y tradicional cartel hecho con una tapa de lata de arenques

Otro día paso con gepese y tomo nota de su posición para hacer una entrada en el blog. Aunque de veras que no sé si podría encontrarla yo solito. De todos modos, esas son las salidas en solitario que me gustan: Voy con la idea en la cabeza de encontrar un sitio, y termino a kilómetros de distancia habiendo encontrado otro nuevo. Pos fale.

Por cierto: Había tanta obra que estuve dando vueltas buscando el cartel del "Plan E", pero no lo encontré.

La bajada transcurrió sin más incidencias que reseñar. Únicamente decir que sigue el tronco atravesado (es ya un clásico) en la vereda que nos deja en el Puente del Niño. Esta vez no lo pasamos de un salto, esta vez nos bajamos de la bici. Ya sabéis: La nieve y tal...

Y rememorando viejos tiempos, atravesamos la superficie helada de El Pontón. ¿Recordáis cuando lo atravesamos, hace ya años? Pues creo que esta vez está más helado que en aquella ocasión. De todos modos, más mayores y cautelosos, hoy lo pasamos más orillados. Quizás porque también estamos algo más pesados...

No éramos los únicos. Que conste en acta, por si las broncas en casa y tal.

Y menos mal que hoy hemos salido a montar de verdad, porque en el carril bici estaba esperándonos María del Carmen, con sus relucientes zapatillas de andar mucho. Si un día salimos a hacer el golfo, seguro que nos pilla. Así que a ver dónde celebramos lo de las 100.000, que están al caer.

En el soleado Azoguejo nos encontramos con David Kamorka, la bici algo embarrada. Nos cuenta que han estado en el Pirón haciendo bucles y tal. Curioso, porque nosotros (Chomin) habíamos barajado esa opción y la habíamos descartado precisamente por los barros.

Total, una etapa que ha salido apañá; sobre todo porque las condiciones no eran de lo mejor sobre el papel, con mucho frío y hielo. Al final han sido un poquillo menos de 40 kilómetros, con unos preciosos paisajes, algo de hielo, mucha nieve en general en buenas condiciones y parajes nuevos, que esta sierra no dejará de sorprendernos nunca.

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Queridos lectores, si habéis llegado leyendo hasta aquí, dad ahora al F5; de esta manera, si todos hacemos lo mismo, seguro que llegamos esta semana a los 100.000.

¡Ah! Y para que entréis más, añadiré una "Crónica-posdata-estrambote" cuando el sh-Sh me mande unas líneas con las que sazonar las fotos de la etapa-alternativa que ha hecho hoy con sherpita-Irene por las Riscas de Valdeprados. Manténganse a la escucha.

Por fin, aquí está la crónica de nuestro corresponsal sherpa-Sherpa:

Pequeña crónica etapín de hoy: Salimos Ire y yo a las 10 en la furboneta, en Madrona empezamos la etapa hacia Valdeprados. Frío intenso, suelo helado, perros cabreados (los de siempre).

Llegamos al puente "los enamorados" y con algún poblemilla llegamos a la risca, tan bonita como siempre. Retomamos la marcha hacia Guisajalbas, pequeña visita al pueblo (especialmente a la casa grande... bonita casa para rehabilitar, echar unos gorrinos, un caballo, ocho gallinas, un buen güerto y quedarte allí a pasar los últimos 85 años de tu vida).

 

De vuelta paramos a ver el molino, sería la pera haberlo visto en marcha. Menuda obra de ingeniería y de mano de obra... No lo hemos medido, pero lo menos hay 1000 m de canal hecho a mano para llevar el agua del río (a lo mejor no tanto) al molino sin perder casi altura con lo que el salto que se consigue es la leche, y con dos vías finales que supongo sería cada una para una rueda.

Paramos en Valdeprados, buscamos el bar... Irene lo encuentra, entramos. Pequeño, coqueto y nuevo, pués lo abrió el ayuntamiento en abril, nos recibe José Luis (creo que sigue de alcalde) y nos invita a un colacao y unas patatas con salchichas (gracias majete).

 

Nos ofrecemos para echarle una mano con el ganado pero rechaza la oferta así que nos vamos p'a casa, tramo final con viento frío en contra que acaba con las fuerzas de Ire y le roba todo el calor de los pies, que se le congelan por completo.

A las dos en casita sanos y salvos.

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Vale, muy bonita la crónica (aparte del maltrato a tu hija), pero tengo una pregunta acerca de las fotos que me has mandado: ¿A qué especie pertenece este bicho salvaje de aspecto simiesco? Salvaje aspecto, mireusté...