martes, 25 de octubre de 2011

El silencio de los sherpas (1 de 2)

Me dispongo a hacer esta extraña crónica. Extraña porque no hice la etapa y la tendré que reconstruír siguiendo las pistas que me proporcionen las fotos que hicieron estos sherpas del demonio y fiándome de lo que me contaron. Y aquí, entre nosotros, la credibilidad de lo que cuenta un sherpa...

A las 9 de la mañana estábamos como un clavo, que no nos lo podíamos perder.


Faltaba Periko, que se uniría al grupo más adelante. También faltaban Huertas, J de la Orden y Luis que --traidores-- llevaban pedaleando ya un rato. Domingo, por su parte, anunció que no le gustaba el cordero y que no nos ajuntaba.


Yo me llevé la furgo de Boli, música a tope, dispuesto a solventar cualquier contingencia. Mientras, éstos haciendo jugueteando y perdiendo el tiempo mientras los rangers les sacaban más y más distancia.


¡Corre, corre, que sale la foto!


¡Qué bonito lugar para una foto de familia! Parecen los Picapiedra.


El rebaño pedaleando siguiendo --¡ojo al dato!-- un track que me encontré por ahí y haciendo caso de lo que les indicaba el sherpa-Sherpa (!!!!!!!!). Ánimalitos.



La mayoría de la ruta discurriría por cañada.


Mientras tanto yo mataba el tiempo haciendo turismo en Pelayos del Arroyo, donde un amable lugareño me contó no sé qué de que habían cambiado el trazado de la cañada. Bien, si se lo ponemos demasiado fácil a los sherpas, se aburren.


Bonito monumento en la plaza del pueblo: una horca. Buenos tiempos pasados aquellos de las ejecuciones públicas y los escarmientos ejemplares: Que sueltas un cagüental, a la horca; que haces botellón y dejas los cristales tirados, a la horca; que te cruzas con alguien en bici y no saludas... ¡¡a la horca!!.


En éstas, llegó Muni con su señora para unirse al equipo de apoyo y avituallamiento. No había pasado ni un rato cuando nos llaman que en Cabanillas al sh-Sherpa se le había roto la patilla.

Me calmé rápidamente cuando me aclararon oportunamente que se trataba de la patilla... DE LA BICI. En este momento es cuando los rangers pasan por Pelayos.


Todo estaba calculado: El cuñado Luis (pensaba hacer solo hasta Torrecaballeros) le cambió la bici y yo le llevé hasta Segovia, por eso aparece ese bucle en el track que colgué.

Por las fotos que me pasan Jorge e Ignacio, perece que todo iba ya bien.

 

Muchas referencias no tengo para saber qué pasa ni dónde están, pero yo pongo las fotos, ¿vale?.


Esto sí que tiene toda la pinta de la cañada: Para arriba y para abajo.


¡Ésta me la sé!:  Los sherpas pasan por Sotosalbos.


Muni tiene mi cámara y hace estas fotos al grupo mientras llegan a Pelayos.




Parece ser que, como me había dicho el lugareño, cerca de aquí la cañada se perdía. Pero el sherpa está acostumbrado a no saber por dónde anda ¿no?.


Por t'olmediol campo. Parece que se encontraron algunas alambradas.


Aquí creo que está fácil: Tieso hasta el campanario ¿no?. Si es que os quejáis por .


Cuando hay camino, se sigue el camino.


Y cuando no se sabe, se pregunta, que no nacemos enseñados. Y menos los sherpas.


Me lo estoy inventando, el caso es rellenar blog. Por entonces el equipo de apoyo visitaba la preciosa ermita de la Virgen de las Vegas. Estuvimos un rato haciendo fotos a los capiteles y a todas esas cosas que tienen las iglesias de los antiguos.


Y como los rangers ya habían pasado y los sherpas aún estaban lejos, nos fuimos a tomar un café a Pedraza. Allí nos enteramos de lo del accidente de Simoncelli. Cuando volvíamos a la ermita, donde habíamos dejado la furgoneta, nos llamaron estos gañanes para decirnos que acababan de pasar por allí.


Pos fale; ahora por veloces se quedan sin avituallamiento.

Ya en carretera adelantamos a tres globeros que resultan ser Jorge, Boli y Alberto.


Me cuentan que se han separado del grupo para hacer una trialera o algo así, no sé si el señor de ls foto de arriba les contó algo. Pero sí que es verdad que el sherpa es muy amigo de variantes de última hora en las excursiones. Por las fotos (que no he puesto, no puedo poner todas) veo que es una zona de enebros y matorral bajo, con muchos surcos en terreno arcilloso. Mientras me lo cuentan, veo que Boli tiene sangre en el entrecejo.


Me dice que en un paso ha clavado la rueda delantera en un hoyo tapado por la vegetación y se ha dado un buen revolcón. Aquí vemos a Alberto haciéndole unas carantoñas.


Aquí se ve mejor que Boli apuntó bien al golpearse. Menos mal.


Poco después el grupo se volvió a unir. Van bastante retrasados y van a tener que darse prisa. Al menos, el viento les está siendo favorable.

Aquí les dejo, con los rangers por delante. Que los que escriben blogs también tienen que comer.

Nos quedamos con la duda: ¿Llegarán los sherpas a tiempo para comerse el corderito? La solución, en el próximo capítulo.

2 comentarios:

  1. Más que los picapiedra parecemos los Fraggle-rock en un descanso del trabajo.¡Qué majetes y formalitos estamos!!!

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  2. Ya quisieran los wrajayajos esos ser tan guapos como nosotros y encima cantamos mejor, al menos el "dime niño" con la fender anis castellana del 57.
    Lo de la horca: alucinante, si te dió tiempo a hacer turismo y todo joío!!

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.