Patada 2010: Los advenedizos

(La culpa es mía, por tenersus tan mal acostumbrados. Voy a empezar a retrasarme en las entregas).

Hace ya tanto, tantísimo tiempo, que casi no se me vienen a las mientes los recuerdos de esa jornada. Creo recordar que, para variar, hacía desapacible. Tanto, que cuando nos juntamos sherpas y rangers a puntito estuvimos de irnos a tomar unos churritos, amenaza tantas veces lanzada, pero nunca cumplida.

Sherpas al Abbey Road style

También recuerdo que alguno me preguntó "qué sabes de Enrique". "Sé -respodí- que es el padre de mis sobrinos y que se aprende nombres de marcas de bicis muy raras, que siempre he sospechado que se inventa. Sé eso, y poco más". "¿Y de Periko?". "Periko me ha dicho que al villancico nos acompaña, pero me temo...".

Por mi parte, pregunté a la comunidad por un individuo del que tenía vagos recuerdos, un tal Kalambres, que se embarcó en una aventura que, por lo visto, le absorbió por completo.

Nadie supo referirme ninguna noticia. Quedamos en comprarnos una güija, y probar.

Los demás decidimos afrontar las inclemencias, ya que estábamos puestos.

Recuento, así por encima: Por los sherpas éramos sherpa-Sherpa, sh-Chomin, sh-Ete, sh-Rocinante, sh-Boli, sh-Sate, sh-Pifo,  sh-Mario y sh-Yo; y por los rangers, R-de la Orden, R-Angel Luis, R-Huertas y R-Nomequedo-Rueda.

Haciendo memoria, recuerdo que iba en cola de pelotón, como suelo hacer siempre. En esta ocasión era para que no se escapara nadie, pues no paraba de oir quejas y lloros. Por cierto, a estas alturas y debido al hielo provocado por las bajas temperaturas, ya habíamos tenido varias caídas y algún que otro susto, alguno en las mismísimas calles de Segovia.

Visto el día, decidimos dejar los karts para otra ocasión. Y aunque esto fue tomado por los rangers como una cobardía, ellos saben que no tienen ni la más mínima oportunidad.Tenemos preparados una batería de trucos estilo Pierre Nodoyuna que no les van a dar ni la más mínima oportunidad de victoria. Cuando queráis.

Al llegar a las pistas que salen subiendo a la Fuenfría hacia la Acebeda, y al grito de "¡A la derecha!", desbandada ladera abajo.

Mario echaba de menos las volteretas que se da en los descensos.

10 metros llevábamos y ya tuvimos que parar. ¡Qué tribu!.

Algo raro había en el ambiente: Chomin descabalgaba (y no fue la última) mientras sh-Pifo, la gran esperanza blanca, mantenía una verticalidad nunca vista.

Varias risas y alguna caída más tarde, encontramos un acebo digno de la foto que buscábamos. En la foto de lejos (foto de familia) no se ven las bolitas rojas, aunque sí las caras de capullo que tenemos todos.

Más de cerca, sí se ven las bayas de este acebo hembra.

Aplicando un avanzado software aún en desarrollo, he logrado que la foto del ranger-Huertas dé la sensación (ficticia ciertamente) de velocidad ;))).

Recuerdo vagamente también que nos adentramos en lo más profundo del bosque, a lo Deliverance, con casi tanta tensión y pero sin canoas. Los corzos estaban juguetones, y vimos bastantes ejemplares saltarines.

Casi tan saltarines como los rangers, que se atrevieron con cuestas que otrora ("en otro tiempo", para los de la LOGSE) no habrían bajado estando en su sano juicio.

(Si bien en otros tramos recuperaron la cordura para no volver a perderla en el resto de la etapa). Vemos a ¿sh?-Pifo integrado entre los rangers. No hubo manera. Este chico, con la edad, está perdiendo las buenas costumbres, y no se cayó de su burra en ninguna ocasión.

"¿Por dónde tiramos?", preguntó Chomin.

De la anterior instantánea a la de abajo, todo fue subida. Los sherpas ya estamos hechos a estas preguntas y a sus consecuencias (independientemente de la respuesta que se dé), y es por eso que los rangers se preguntaban cómo se puede hacer una etapa en la que la subida es contínua mientras que el descenso (del que, por cierto, también reniegan, que no están contentos con nada estos chicos), es prácticamente nulo.

Y desde la Cruz de la Gallega -esta vez sí- descendimos hasta el Santana, sin ducharnos ni ná (¿alguien lo dudó en algún momento?). Sólo los sherpitas, más espabilados, se desviaron antes para cambiarse en Parque Robledo, los muy traidores.

Parking para bicis, como el año pasado, y unas cervecitas en lo que llegaban los artistas invitados: el ínclito Rufus T. Boris, el afamado sherpa-Aparejador y el inefable y discreto Itos, Mark-Itos.

Por cierto, si alguien reconoce la gorra que llevo puesta, me la encontré en el bosque y la adopté. Sólo tiene que reclamármela. Está ya lavada y casi no ha encogido. Me gusta. Me favorece, porque me tapa.

En el banquete es donde echamos de menos la batuta del sh-Periko. A pesar del empeño del sh-Sherpa, su privilegiada voz no fue suficiente para remedar éxitos pasados como, sin ir más lejos, el del año anterior en el que -hay que reconocerlo- pusimos bastante más ilusión.

Y aquí es donde viene el vídeo del banquete patil. (Vergoñoso documento sólo apto para gente ya hecha).

La verdad es que no hay ni punto de comparación. También es cierto que el año pasado estábamos ya metidos en plenas fiestas (fue el 27 de diciembre), éramos sensíblemente más jóvenes, y la crisis nos había machacado menos... Tó hace.

Últimos restos del tercer trozo de parro que tomé.

El duro camino de vuelta. Duro, duro.

Una sección disidente tiramos por sitios alternativos. Curiosamente el cabecilla de la disidencia era el llamado sh-Chomin, y sus secuaces, sh-Boli, sh-Sherpa y sh-Tris... qué curioso, ¡los de siempre!.

¡Qué bonita foto, qué paisaje bonito, si no fuera por los sherpas y las farolas!.

Sorprendidos transeúntes por la calle Real se admiran de la gentil estampa de los sherpas.

Ya en el lugar de reunión, la concurrencia había menguado bastante. Vemos llegar al sh-Sherpa.

Los camareros de La Concha me pusieron una multa por mal aparcamiento que me fue retirada con el segundo -¡y último!- cubata.

Los restos de la batalla.

Y la última foto antes de una retirada a tiempo, que hacía un frío que pelaba, creo recordar, y al día siguiente había que levantarse prontito.

Compárese la foto anterior con los fotogramas siguiente.s Diferencias mínimas, insignificantes... ¿Es W.A. un sherpa infiltrado?

En fin, jornada entrañable pero, estaréis de acuerdo conmigo, algo descafeinada si la comparamos con la memorable de hace un año. Y es que creo que deberíamos plantearnos hacerla más tarde ¿no?.

Pero más tarde podemos ir esta vez a los karts. Ahí lo lanzo, por si alguien quiere recoger el guante...

P.D.: Como hace tanto tiempo, he dejado el título, pero no he contado lo de los "advenedizos".

El caso es que es lo que decía el sh-Sh que éramos todos. Y no deja de tener razón. Además, me he dejado en el tintero "lo del huevo", que demuestra lo dicho. El único sherpa sería el brutísimo del sh-Boli... Pero propongo que repita la prueba, porque aunque lo vieran mis ojos, sigo creyendo que no es posible. (Que alguien lo cuente, ¿no?).

Total, que las cortinas del Santana no volverán nunca a ser las mismas.