lunes, 5 de julio de 2010

Zarauz, XIX edición: La dieta sherpa.

¿Que cómo conseguimos este cutis? ¿Cómo logramos, por favor, estar tan cachas? ¿Cómo evitamos las enfermedades y las lesiones? ¿Que por qué, doquiera vayamos, causamos admiración por nuestra donosura? ¿De ánde coño viene nuestra privilegiada voz, si no hemos hecho el curso CCC de solfeo?.

La respuesta a estas y otras muchas preguntas está en la dieta.

Atentos los de los pueblos: No es la dieta de la alcachofa, ni la dieta disociada, ni ninguna de esas zarandajas. La del cucurucho, por sí sola, tampoco funciona, si no es complementada por la que sus relato a continuación...

Una vez al año (por lo menos) subimos al norte, más concretamente a Zarauz, a dar un pequeño repaso a lo más selecto de los animales que por allí se dan. Y lo hacemos desde hace 19 añitos. Queda ya lejano aquel 1991 en el que sh-Sherpa, sh-Ninio y sh-Tris se montaron en sus mini-amotocicletas para conocer a Carlitos Arguiñano. Estaban muy tontos y, pasados los años, no han mejorado.

Arguiñano, Arzak, Roteta, Subijana, Arbelaitz (Zuberoa), Aduriz (Mugaritz) y últimamente Arguinzoniz (Etxebarri) entre otros, han hecho nuestras delicias. Pero a quien siempre somos fieles es a Elkano (Guetaria), donde Pedro Arregui y su hijo Aitor nos sorprenden con la calidad de sus materias primas y consiguen lo imposible: sorprendernos año tras año.

Pero vamos al lío, con un breve resumen de este año.

Empezamos en Jose Mari, Orio. Ya estuvimos en el 2005 y repetimos. Aquí vemos qué bien nos come el sherpa-Sherpa. Dejó limpia, como es costumbre, la cabeza del besugo. Limpió hasta e anzuelo, literal.


La panda que acudió a esta primera comida. Todos, menos uno: El que hizo la foto.


Paseito de Zarauz a Guetaria para hacer hambre. Un clásico.


Cocochitas, pobrecitas. Si no nos las comemos enteras, Aitor se enfada, así que no usamos el cuchillo. ¡¡¡Pero es que alguna casi no nos cabe en la boca!!!


Este año, la nécora estaba como nunca. Siempre digo eso, pero es verdad... ¡¿cómo lo hacen?!.


El Pini, con su postrecito ¡de cocochas!. Este año me ha dejado coger 2, pero no me atrevo a quitarle más. Más vale no provocarle. Además, tiene que alimentarse, que se está quedando en los mismísimos huesos el keibron de él.

Mirad en la foto... ¡Ya se le ha saltado un botón de la camisa!.


Departiendo con Aitor. Un campeón. Con el restaurante lleno y sin reserva (se nos olvidó un año), nos ha llegado a hacer hueco para 15. Hace dos años, antes de el Camino de Santiago, mantuvo las brasas encendidas hasta que llegamos... Y creo que eran las 5 de la tarde.


La estrella es el rodaballo. Esta cara se le quedó al pobre. Pero sólo por un rato, porque en pocos minutos Aitor lo diseccionó para que apreciáramos las múltiples texturas que atesora en los huesos de su cráneo este salvaje animal.


Y como los curas me han dicho que el placer está permitido siempre y cuando no nos bajemos los pantalones, seguimos con Etxebarri, donde Víctor Arguinzoniz hace diabluras. Claro que con la calidad de las materias primas que gasta... ¡cualquiera!.

Unas gambitas de Palamós, parecen dispuestas así por el mismísimo Bart Simpson para ver si procrean las jodias y nos comemos tres por el precio de dos. (Aunque mirando la cuenta, el precio de dos parece el precio de siete).


Unos percebes espectaculares. He de decir que sólo superados por unos que comí el año pasado en Baltar (en la mismísima Galicia) cocinados por la tía (creo) de unos percebeiros. Bandejas que nunca se acababan. Eso era el cielo.


Un bacalao que, sólo de recordarlo, se me sigue haciendo la boca agua. ¡Cómo estaba! ¡Y cómo estaba hecho!.


Las espectaculares espardeñas, equinodermo que no conocía hasta hace 4 o 5 años. Nunca es tarde.


Un Pini mimando el vinito que acompañó la comida. Pudo el vino con Rubén, que se echó una plácida siesta en los postres.


Corte de la chuleta de vaca vieja, que la especial técnica de Arguinzoniz consigue hacer de manera espectacular. Todas las texturas posibles, todo el color, todo el sabor.


Mi postre. ¡A que no os creéis que todo esté hecho a la brasa, hasta el helado de queso!. Yo no soy de postres, pero habría repetido de buena gana. Lo que pasa es que no soy de abusar...


Me he dejado mucho, pero lo dejo aquí; No sigo, que me pongo tierno.

3 comentarios:

  1. Cagüento!!! Os ponéis como el chico de la Micaela. A ver cuando logramos sacar un día al Pini en Bici.

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  2. No sé que le pasa a este cacharro. He recibido la notificación de un comentario de Boli, y todavía no aparece en el blog.

    Javier Sanz, Javier Sanz, aló, aló, meseoye...??? ¿Dispuesto para el viernes, enagüillas?

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  3. Snnniiifff, snnnnniiiiffffffff, sssnnnnnnnniifff.
    Lo único bueno de que se haya acabado es que dentro de un año volvemos...si Dios quiere y la puta economía nos acompaña.

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.