Pensaba que la etapa del Pirón era la elegida y como no me motivaba en exceso me propuse adentrarme en la sierra. El embalse del Pontón ya parece otra cosa, creo que este invierno no pasamos sed.
En la subida a las Cuevas del Monje la vista del moño de la tía Andrea era de postal.
A medida que ascendía aumentaba el espesor de la nieve pero se subía bien.
Aquí un árbol de Navidad.
Las huellas de los esquiadores de fondo me facilitaron la subida.
La taquicárdica la superé sin problemas en el corazón.
El arroyo de la Quebrada bajaba con buen caudal, la mitad congelado.
Toda la ascensión así pero como sabeis soy un especialista en este terreno, subí sin bajarme de la burra.
En Prado Redondillo las vistas eran espectaculares, una barrita y para casa que tengo hora para comer (qué raro).
Y me voy rápido que tengo que recoger a Joaquín pequeño.
Saluditos.
Ete,eres un mariconcete,existe un aparato con teclas, micrófono y altavoz que sirve para comunicarse, en caso de no ponerlo en este bloz de los güevos
ResponderEliminarBonitas fotos Ete, pero como dice el anuncio ¡ya lo sabiiiiiaaaa, ya lo sabiiiiaaaaa!
ResponderEliminarjaja
Te edito un poco el bloz, que la falta de costumbre hace que lo hayas dejado hecho unos zorros.
ResponderEliminarIngeniero: monje, con jota, ¡güental!
Se prestan servicios jurídicos de defensa a Sherpas vilipendiados por sus solitarias expediciones.......
ResponderEliminarSe han mosqueado porque tus fotos son mas bonitas.
EL ABO ABOGADO (que raro)
Poco te ha durado el propósito de la enmienda...
ResponderEliminarSus fotos son objetivamente mas bonitas.
ResponderEliminarY si que me he enmendado.
EL ABO SINCERO
¡Claro! En las fotos de sh-Ete no hay bicho.
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