jueves, 17 de abril de 2014

Échale la culpa al sol

serpear.
(Del lat. serpĕre).
1. intr. Andar o moverse como la sierpe.
2. s(h)erpear. Andar, moverse o pedalear como los sherpas, zigzagueando sin rumbo definido. Hacer el gilí encima de la bici.
Según fuentes dignas de todo crédito, el pasado fin de semana nuestro planeta todo, estuvo bajo la influencia de una corriente de viento solar de alta velocidad de un agujero coronal (CH HSS - Coronal Hole High Speed Stream). Los efectos, siempre según estas fuentes, comenzarían a ceder a partir del 14 de abril. Y si alguien cree que estoy de coña, le reto a que lo investigue en san interné.

Y esto me dejó más tranquilo, porque lo que nos pasó el domingo ya tiene causa, origen y razón. Es universalmente conocido que sherpa-Sherpa y yo mismo no tenemos ni la más mínima idea de por dónde pedaleamos, nos perdemos constantemente y nos quedamos con la boca abierta ante cualquier bifurcación del camino. Pero es que hasta Ete erró cuando con total seguridad nos intentó orientar.

Nos acompañaban en esta ocasión Jorge y Carlos. Completábamos el grupo David, Alberto, su hermano Paco, Pablo, Ete y yo mismo. El sherpa-Sherpa, gracias a Dios, no vino. Y digo gracias a Dios porque sus aportaciones podrían haber terminado de perdernos por la taiga siberiana o haber acabado en el mismo Serengueti. Por ejemplo.


Visto lo visto, no sé si decir que Sherpol tuvo suerte al rompérsele el núcleo de la rueda trasera justo nada más pasar el punete del Niño. La verdad es que, como apuntó David en algún momento, tampoco habría notado nada, ya que desde allí casi todo fue un empuja-bike constante para el que pedaleamos más bien poco.


"¿Dónde vamos?"— Puedo comprender que de vez en vez algún sherpa despistado me pregunte esto, aunque casi siempre respondo con vaguedades y evasivas ("ande queráis ustedes vosotros, no sé, hasta el infinito y más allá, p'allá arriba, etc..".). Pero donde mi capacidad de asombro se estremece hasta lo más profundo es cuando alguien me sigue preguntando "¿POR DÓNDE vamos, Tris?". Anda que no hay sherpas a los que preguntar con más posibilidad de acertar. Yo... solo veo pinos y rocas, y solo proceso conceptos sencillos como "p'arriba", "p'abajo" o "to-tieso".

Por eso me quedé con la boca abierta cuando después de un rato de pelea con los pedales por ignotas trochas, salimos a la praderita por debajo de la fuente de las Tres Varas. Bueno, ignotas para mí; porque no paraba de oír que por allí habíamos venido no sé cuántas veces. Joerrrr...


¿Os podéis imaginar lo que es cuando salimos solitos el sherpa-Sherpa y yo?, jeje... ¡Diversión asegurada! Yo creo que nos hemos perdido alguna vez hasta en la Vía Verde de Yanguas (LOL)


Por aquí creo que pretendíamos ir hacia el Aránguez. De todas maneras, como veréis en las fotos (esta vez ha sido un lujo, porque han aportado las suyas Jorge y Carlos) yo voy siempre el último. Normalmente suelo ir a cola de pelotón, me gusta. Además, solo con hacer la primera foto ya te quedas el último, es así. Pero es que en esta ocasión estaba de un cansado importante.


Momento importante de la etapa. Ete pillado in fraganti.


Pues tieso que tiramos, pusiérase lo que pusiérase por delante.


Cámaras atentas, no sea que alguien resbale y se caiga y luego no conste gráficamente. Que iba a ser portada del blog y motivo de mofa, burla y escarnio por días, incluso semanas.


Ayuda fraternal. So beautiful!


¡Eh, mirad!, que os hago una foto mientras esperáis a que llegue con la lengua fuera...


Upssss...! Porque mide justo lo que da la zancada, que si no...


Una vez superado, me dispongo a hacer la foto por si se cae Ete...


...pero supera sin dificultad el obstáculo. Otra vez será, jeje.


Hala, toos p'arriba.


Y más p'arriba. Todavía conseguí hacer esta foto montado.


Pero esta ya no. Atravesando perpendicularmente las curvas de nivel, buscando la pista, creo que a todos terminaron ardiéndonos los gemelos.



Ya en la pista, podíamos permitirnos el lujo de disfrutar algo más tranquilamente de lo espléndido y exuberante que está el bosque. Creo que a Carlos le gustó un rato largo.


Uno de los primeros tramos que logré identificar en la etapa: desvío hacia la majada del Tío Levita.


Jorge iba delante, pero hizo esta bonita foto del grupo casi llegando a la majada. No me preguntéis por qué se quedó atrás, que yo estaba cien mil metros por debajo del grupo. Ya iba el último cuando me quedé haciendo alguna fotillo de la (nueva) fuente del tío Levita: vicios de los que uno no puede librarse.

 

El descanso del guerrero. O Jorge se ha hecho mucho pis o la majada está saturada de humedad.


Bucólicos sherpas. Lo imprimís y tenéis una bonita postal para escribir a vuestras amistades.


De un chozo salimos con la intención de buscar otro. Para ello tuvimos que atravesar siete mil arroyos, cuando en otras ocasiones solo había por allí tres contados que yo recuerde; tal es la humedad que rezuma nuestro Peñalara.


Aquí ya me daba igual meter el pie que no meterlo. Así estoy yo ahora, escribiendo esto con una mierda que no me tengo. Ya había comenzado la etapa acatarrado, pero es que ahora...


A David parece que a estas alturas tampoco le importa demasiado mojarse un poco más.


Otra postal. Foto con bicho.


Fijaos que del bosque salimos cada uno de un sitio diferente. No seguíamos ni sendero ni nada parecido, jeje. Cada uno por donde buenamente podía.


Jorge y Carlos, sobrados, se dedicaron a documentar el mismo momento de este paso desde diferentes puntos de vista. Yo tengo en estos momentos de la etapa un estilo verano azul que asusta. Tengo que deciros que más adelante me activé un poquito más. Ese último momento de lucidez del moribundo, será.



Mirad quiénes tomaron el mando de las operaciones.


En este momento, no demasiado convencidos, David, Ete y Alberto decidieron que ya habían investigado bastante y que se bajaban por lo seguro. Yo, con la capacidad de decisión bloqueada por la falta de riego en el cerebro, decidí continuar. Quedamos Paco, Carlos, Jorge y yo para buscar el chozo del tío Blas. Y si llega a existir el chozo del tío Epi, también habríamos ido. Seguro.


Bajando desde los pluviómetros, Carlos decidió apearse bruscamente de la burra en este manchurrón de nieve (caprichos extraños que tienen estos de Huelva), lo que aprovechamos para un pequeño receso, estirar las piernecillas y hacer la foto.


La llegada a la majada y al chocillo, en plano y contraplano. ¡Os quejaréis del despliegue! Además, Carlos promete vídeo. Cuando esté, lo añado a esta misma entrada. Tos atentos.



Nuevo mini-descanso, que no os tengo que describir por innecesario lo pesadote del terreno. Que con ruedas cuadradas no nos habría costado más.


Creo que este fue el último vadeo. Pero lo hicimos con felicidad extrema, que ya sabíamos con seguridad nuestra posición exacta casi por primera vez en toita la mañana.


Jorge, que no se lo puede de-creer, decide darse a la bebida.


¡Anda! Pues sí que pasamos más ríos. ¡Si es que no se acaban nunca!


¡Ah! Y la bajada loca después de la fuente del Montañero. Aquí sí que me acordé de Chomin y de lo que le gusta. Por cierto que con él habríamos hecho una etapa parecida... ¡pero sabiendo por dónde íbamos! (Al menos, él sí! Los demás, detrás)


¿¡Ahora un puente!? ¡Pero si a estas alturas ya nos da lo mismo!


En fin: etapa de calvario y pasión para Semana Santa. Pero, por mucho que gruñamos... ¡a que son las que luego más recordamos!

En Robledo nos juntamos con Domingo, y parece que se está gestando —¡bendito sea Dios!— una salida lejos del patio (como dice Jorge). A ver si es verdad.

Yo... me apunto.

(El vídeo de Carlos -privado- está aquí)

Y recordad que la culpa la tiene el sol.

2 comentarios:

  1. Qué buena crónica, ruta y día pasamos, aunque con los pinrreles bien calados.

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  2. Es un alivio comprobar que los Mákinas y Craks en ésto de la bici de montaña por la sierra de Guadarrama.... también se bajan, empujan, cruzan ríos como se puede y además se desorientan.....
    Talus ha estrenado bici????
    Saludos!!!!


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