
Niebla en el bosque, colores otoñales ─los helechos, los acebos, los robles...─, niebla en las alturas y terreno pesado de veras, de ese que llamamos "velcro" y que hizo del último tramo hasta la fuente un verdadero infien-no. Pero sherpas, mientras podamos, seguiremos regando, y bien regado, el suelo de la sierra con nuestro sudor. ¡Yoma ya!
Aquí va un resumen gráfico del etapón. Y como me vais a pagar lo mismo, he hecho con las fotos lo que me ha dado la gana, que me he tirado un rato y me lo he pasado pipa editándolas y jugando con ellas. No sé que os parecerá a vosotros, pero en algunas creo que se aprecian algunos momentos de sufrimiento del bueno, del fetén. Pinhad y ampliadlas; revivid la etapa, pero esta vez calentitos y relajados, sentados en la silla, sin que os duelan los riñones.
Y rezad una oración por Fermín. Amistad breve, pero intensa.
Quiero terminar (rematar del todo) esta crónica con unas palabras dichas desde lo más jondo de nuestro corazón sherpa y con todo nuestro sentimiento; en ellas está resumida y reconcentrá la filosofía de nuestro grupo y son palabras sabias que deberíamos aprender de memoria. Su significado se me escapa, se me escapa mucho. Ni su propio autor ─alabado sea por este regalo impagable─ fue capaz de explicar qué las hizo salir de su boca, pero ahí están. Las palabras son como sigue, atentos:
"Homem si les hierve era peluche a esas setas
voy a endematá, si no no"