Hoy era el día. Después de un mes sin montar en la burra y dejando reposar la rodilla, me disponía a hacer unos kilometrillos de prueba, con el permiso que, a regañadientes, arranqué al señor doctor.
Duro. Muy duro.
Y no lo digo por lo físico, sino por lo "químico". Hace un poco que me he puesto hielo en la rodilla, y está como nueva. Pero la "etapilla" no empezaba bien. No llevaba más que 1.100 metros, cuando ya me habían adelantado 5 cilistas (vale, eran de carretera..., pero es que iban como mi abuela). Pedaleaba sin problemas, flojito, pero con el amor propio herido.
A los 10 kilómetros veo que 200 metros delante de mí se incorporan desde un camino dos ciclistas en bici de mosntaña. Van despacio. Acelero un pelín, pero veo que es imposible, no me atrevo a forzar la rodilla. Saludo a un grupo de flacas que se cruza conmigo y uno de ellos me da un vozarrón: es sh-Pifo que volvía de su etapa de domingo; se da la vuelta y me acompaña desde ese momento. El camino se me hace más agradable, pero él tiene que adecuarse a mi velocidad (si a lo que llevaba se puede llamar velocidad).
Al rato, vuelta por el carril bici, es cuando los veo: unos individuos impresentables, feos donde los haiga. Son ellos: los sherpas, que volvían de la Camorca de pegar brincos. Aunque no sé, me hace sospechar el que las bicis volvían casi llimpitas y yo recuerdo que cuando regresábamos por la Acebeda y por el Azud del acueducto, las bicis se ponían de barros hasta arriba. Así que no sé que pensar...

Dos de ellos, estrenan uniforme. Bueno, al menos, como dice Kala, a Ignacio el coulotte no le hace la forma de no-culo que le hacen otros modelitos que tiene. Phineas y Ferb.




Se echan de menos las fotos del sh-sh, con mi nuevo uniforme (qué percha!!!).Me comenta el Ranger-Huertas que el Ranger-javierdelaorden ha sufrido un pequeño percance en la bajada de la Atalaya, sin consecuencias, aunque requerirá alguna semanita de reposo. Que se recupere cuanto antes.
ResponderEliminar