domingo, 1 de febrero de 2015

¡En tó lo que se menea!

En esta ocasión, y por dos pesadas razones, voy a ser parco en palabras: La primera, porque quiero que os fijéis en las fotos (que hablan por sí solas, y con esa intención las hago con tanto sufrimiento). La segunda, porque estoy seguro de que un tuerto (seguramente llamado Murphy) me ha mirado últimamente y termino tan malhumorado las etapas que prefiero no escribir sobre ello. Las crónicas acaban siendo un rosario de quejas.

Resumen: Pablo, Joaquín Rueda y yo, para arriba todo lo que hemos podido o nos ha dejado el frío, la nieve dura y el hielo; luego p'abajo (casi terminamos más abajo de lo que hubiéramos querido); Reunión con Enrique y Ete en la cascada de La Chorranca; posterior disgregación descensil. Reunificación en el carril bici, celebrada con un par de cañas (Pablo y yo) que nos han salido gratis.

Todo ello se salpica con unas poquitas desgracias mecánicas, un par de golpes en la rodilla (la mala, cómo no) se mezcla con cuidado, se agita ahora bruscamente, una rodajita de limón... ¡y sale la etapilla de hoy, tan refrescante y tan rica!

Lo ve mi urólogo y alucina en todo el espectro cromático.
 


Paíce que ha soplado el viento por aquí también.


¡Conio, 10 leuros! (están fríos, pero valen)
Hoy las cañas gratis.

Ya lo dice la flecha. Además, no hay otra salida...

Resting...
Really, really gorda y dura... la capa de nieve.

Desde aquí, el peor hielo que SUS podáis imaginar. Los que conocéis el lugar os haréis una ligerísima idea, supongo. Me río yo de los descensos que hacen los de los Redbules esos...



Pablo tiró las bicis, y pudimos bajar apoyándo el pie derecho en el sillín y el izquierdo en la rueda. Y si no baja Pablo el primero... ahí seguimos Joaquín y yo.


No es tan peligroso como parece, y os lo voy a explicar: si te quedas quieto un rato pensándolo, ya no te resbalas porque se te queda el culo pegado al hielo. Certifico.





¡Ánde irán esos con los hielos que hay!
 

 
¡Uy, se me ha colado sin querer!

 

Los de amarillo estaban abajo por si había que recoger algún resto.
 






Y el miércoles dicen que va a entrar una ola de frío.


10 comentarios:

  1. Pos yo en la obra calentitooooo
    Eso 10 leuros se me cayeron a mi, que tenía unos igualitosñ

    ResponderEliminar
  2. Si me dices en número de serie se los pido a Pablo.

    ResponderEliminar
  3. vaya susto que me he pegado al ver la isla, pero si no lo recordaba!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Virgen Santísima!!!
    Desconocía ésa afición a la escalada en hielo!!!!
    Por cierto, ésos diez leuros son míos. Acabo de echarlos en falta.

    ResponderEliminar
  5. Yo quiero ver la crónica del próximo Domingo. Si es que sois unos mariquitas, esta semana sí que va a hacer bueno, máximas de -5 y mínimas de -9 dan en La Granjilla. Para el siguiente finde iré yo a felicitaros el año, cabrones!!

    ResponderEliminar
  6. Te esperamos, Jorge. Y el uniforme será el de las mangas cortas. De todos modos, a ver si puedo salir, que en la crónica no he contado todas las desgracias y no sé si tendré la burra apañada.

    ResponderEliminar
  7. Ignacio, prepara unas chuletas en la obra q voy a verte! Al resto, sois admirables

    ResponderEliminar
  8. Enhorabuena por el blog. Geniales fotografías y una narrativa de lo más entretenida. El otro día coincidí con uno de vuestros sherpas en tierras valencianas, Luis. Vaya cambio de paisaje!, Un saludo

    ResponderEliminar

Hala, escribe sin pasar por moderación de comentarios (siempre que la entrada sea reciente). Ya no tienes excusas:

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.