sábado, 6 de octubre de 2012

Sigo a la espera...

Desde un ordeñador que no es el mío os envío este mensaje en el que os comunico que sigo sin electrónica. Y es que parece que cuando un ordeñador-sherpa se estropea, como ocurre con su dueño, se estropea de verdad. Una semana lleva en la UVI, y lo que te rondaré... A pesar de que se me van acumulando los trabajos, que ya llegará el día de darlos salida (sobre todo, pienso en Irati), tengo que confesaros que me estoy acostumbrando a la tranquilidad de vivir sin la tiranía de estar todo el día atado al susodicho cacharro diabólico. Mientras, cedo los trastos al sherpa-Sherpa que voluntariamente se puso el otro día al tajo, con éxito de ccrítica y público.

Sin embargo no dejo, como os digo, de acumular trabajo y material. Siempre pendiente de mis lectores, dejo este testimonio de ayer mismo, sin ir más lejos: bajando por la senda de la fuente del Montañero (¡a la que accedí por el puritito bosque, ladera abajo!), tuve esta pequeña descabalgada; lo primero que hice, todavía enganchado en los pinochos, echar mano de la cámara: podéis ver aún la polvareda que se levantó con la caída.


El bosque vuelve a tener zonas realmente secas y polvorientas, después del espejismo de la pasada semana; a ver si es verdad que a partir del lunes se pone a llover un poco.

Y ya que estoy, y de propina, una panorámica de la etapa del pasado domingo, yendo desde Tirobarra al cerro Minguete:


Lo sé, lo sé... Queda pendiente.

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.