sábado, 8 de septiembre de 2012

París-Bercial, XXV edición

Mira que se me han pasado como si nada estas veinticinco ediciones, pero serán cosas mías. Fue el pasado 2 de septiembre cuando se celebró esta clásica, exigente andelashaiga. Quince esforzados iniciamos el camino, y juraría que llegamos a Bercial bastanntes más de los que salimos. Serán también cosas mías.

Novedades París
La carrera -como por otra parte suele suceder en las grandes clásicas del calendario ciclista- no estuvo exenta de polémica; aunque debido a lo retrasado de mi posición en el pelotón, solo puedo contarlo por referencias. Sí que es cierto que hubo ciertas irregularidades en la neutralización que se hace en el avituallamiento alcohólico de Abades, en donde vi partir a un grupo femenino un poco tramposamente, pero no le dí demasiada importancia.





El caso es que el eterno campeón Fidel impugnó la holgada victoria de la lideresa Toya, si bien todas las discusiones enmudecieron cuando las bocas se nos llenaron de rico corderito y por las comisuras nos comenzaba a rebosar la mahou cinco estrellas.


Bebercio y comercio amodorraron al personal que, sin las emociones de Alonso, se abandonaron al pensamiento filosófico reconcentrado.



Como castigo por la mala clasificación, no nos dejaron echar las bicis a la furgo, así que Ire, sh-Sh y yo tuvimos que volver pedaleando, viento en contra y corderito en la andorga.



Sí, ya lo sé, es una porquería de crónica; pero es que en el final del pelotón no me enteré de nada. En fin, un año más se nos resiste la victoria en la única etapa marcada como hors catégorie en el calendario sherpa..

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.