¡¡¡Bbbrrrrrrrrrrrrrrrr...!!! ¡¡¡Qué calor más raro!!!

Me levanté con muy poca fe. Al mirar por la ventana, ví un límpido cielo que acrecentaba la sensación de que el día era más frío de lo que había previsto. El sol iluminaba, pero no calentaba en absoluto. Al menos, parecía que no soplaba el viento. Desayuné tranquilamente, hasta que sonó el teléfono: algún sherpa se decidía al fin. ¡Habrá que salir un ratillo!. Un par de llamadas rápidas y ¡al tajo!.

Chomin no respondía. Una de dos: estaba durmiendo (improbable) o ya estaba por ahí pedaleando en algún recóndito paraje sin cobertura. Era lo segundo. A media mañana logramos conectar con él y resulta que estaba por el Pirón y el río Viejo. Ya nos contarás.

Por nuestra parte, salimos mis dos cuñaus & me. Despacito, sin sudar mucho, que si te quedas frío, mueres. El camino de los Tanques parecía Siberia. Al salir de casa, el termómetro de sh-Sherpa estaba en los -7º C.

Desde la mismísima fuente de San Pedro hasta la Cruz de la Gallega el camino estaba bastante malito. Había tramos ciclables, pero la mayoría lo hicimos arrastrando la bici.

El sol quería salir, pero seguía sin calentar. Sin embargo, la ausencia de viento y la actividad física hacía que nos quitaramos capas de ropa. Como vimos que los pingüinos empezaban a revolucionarse, paramos de quitarnos cosas.

En las laderas de la Cruz de la Gallega había acumulaciones de nieve importantes. Pero... ¿qué es eso para un sherpa?

Hubo un rato que el sh-Sh creía que todo era una emboscada preparada por sh-Enriquet, pero al final encontramos el camino. Creo que es una de las veces que más cerca hemos estado de encontrar la ciudad de Shambala, la legendaria Shangri La. (Como sherpas que semos, seguimos buscando).

La Ventana con su camuflaje invernal, vehículo oficial de los cuerpos de élite del ejército ruso. Tiene toda la pinta ¿a que sí?.

El butanero. Discreto colorido. En competencia con las nuevas gafas (look Paco Clavel) del sh-Escabeche (ver segunda foto de esta misma entrada).

Por aquí, con un poco de cuidadín, se iba muy bien.

Bosques de la Acebeda, hoy intransitables.

Bajamos hacia Revenga por la "Nunca Bien Ponderada", topónimo clásico sherpa desde hace varios lustrosos lustros (lustrosos por la gloriosa historia sherpa, ¿no?). Los únicos peligros estaban invisibles, debajo de la capa de nieve: charcos helados, placas de hielo, piedras, raíces y roderas... Pero estando un poco atentos y si no se bajaba demasiado deprisa, era divertido.

Ya en el camino de Hontoria a Segovia, una trampa mortal casi acaba con el sherpa-Sh; pero las clases de natación que tomó cuando era pequeñín le salvaron por esta vez. Unos kilómetros antes me había pasado algo parecido: charco aparentemente helado, con gruesas placas que estaban rotas y profundidad considerable. Menos mal que con el frío que llevábamos, meter el pezuño entero en el agua helada casi ni se notaba. (He dicho "casi").

Caldito calentito en c'a Javi, y a otra cosa, mariposa.

Resto de sherpas... ¿qué habéis hecho?: raquetas por nieve, envueltos en edredones, tomando las aguas, a misa de 12, atorados en la entrada de la cueva de Santiaguillo... contad, que nos enteremos.

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